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Número 5 - Junio 2002
La función del nombre propio en la clínica con niños
Marité Ferrari

Después de la polémica entre la propuesta lógica de Russell del nombre propio como " word for particular" y la de Gardiner, lingüista, quien se ve obligado a introducir la variable psicológica, para dar cuenta el interés peculiar, el valor que representa para el sujeto esa peculiar combinatoria fonemática que está en juego en el nombre propio, Lacan apela al valor del nombre propio para el descifrado, apelando al descubrimiento de la Rosa de Champollion y al descifrado de los jeroglíficos egipcios. Es en tanto Cleopatra y Ptolomeo suenan igual, se dicen igual en todos los idiomas, que puede entonces encontrarse la posibilidad de la traducción. Es decir, como el nombre propio se traspone, de una lengua a otra conservando su homologia material auditiva- se dice igual, se lee igual, suena igual, es posible dar lugar a partir de esta transposición, a un descifrado, a una traducción.

Es decir que Lacan ubica entonces el valor de descifrado del Nombre Pro pio a partir de su materialidad fonemática: esa de decirse igual. Esto a mi criterio plante la cuestión de la dimensión real del nombre propio, más allá de la dimensión imaginaria- esa que indicaría la matriz del ideal del Yo presente en el deseo de aquel que nomina. Si se le ha dado cierto nombre al niño es porque ese nombre indicaría la matriz identificatoria dominante. Y eso de real anudado a lo simbólico del nombre, eso del trazo, de la marca que representa al sujeto como ausente, que le permite entonces introducirse en la dialéctica, separación-alienación. Es a partir de esa lectura del nombre como trazo en esa intersección entre el agujero de la cuerda real y la simbólica, que es posible producir ciertas lecturas, ciertas traducciones posibles a partir de la transposición, de la esa materialidad que suena igual en todas las lenguas. Si suena igual en todas las lenguas es porque algo se le sustrae a la cuerda de lo simbólico, en el sentido de quedar por fuera de las oposiciones fomentáis de cada lengua particular.

No casualmente en este trayecto del Seminario, y trabajando sobre la cuestión del nombre Propio, es que Lacan ofrece su teoría pecu liar sobre la génesis de la escritura..Tomando el pasaje de la escritura ideográfica a la fonemática Lacan sostiene que este pasaje comporta un borramiento de ciertos trazos en la representación escrita que representaba el objeto, pasando entonces a quedar borrado cierto trazo que a partir de entonces pasaría a designar un fonema, no ya un objeto. Es decir que se pierde la cualidad de signo de la escritura ideográfica, y en ese borramiento de una parte se produce la conversión a cierto estatuto significante. Ese conjunto de trazos entrará en oposición a otros para poder significar algo, no podrá hacerlo más por sí mismo, como en la etapa anterior.

Entonces sobre el estatuto del borramiento y de la pérdida se instituye la génesis del significante. Debe perderse el objeto para que el trazo entre en oposición con otro y signifique algo.

La otra cuestión de importantes resonancias clínicas es aquella de que el trazo está alllí desde siempre ofrecido a la lectura. Toda escritura implica entonces una lectura. Esa es la función del escrito. Estar allí para ser leído. Desde siempre entonces queda instituido ese campo del Otro a quien el mensaje se dirige, para que sea recibido en forma invertida, y para que en lo que se dice quede olvidado el " que se diga". Citaremos a Lacan cuando establece ya en este Seminario (1) que:" Planteo que no puede haber definición de nombre propio sino en la medida en que percibimos la relación de le emisión nominante con algo que en su naturaleza radical es del orden de la letra"..

"El ideograma se presenta como muy próximo a una imagen , pero deviene ideograma a medida que pierde , borra cada vez más ese carácter de imagen. Tal es el nacimiento de la escritura cuneiforme...es un figurativo borrado...reprimido, incluso rechazado. Lo que queda es algo del orden de este rasgo unario en tanto que funciona como marca".

"Lo que va a resultar- en el pasaje de la escritura cuneiforme a la fonética- es que la posición se invierte , a partir de cierto momento este ideograma del cielo va a servir en una escritura de tipo silábico para soportar la sílaba an, que ya no tendrá en ese momento ninguna relación con el cielo"

"Todo ocurre como si los significantes de la escritura hubieran sido producidos en un principio como marcas distintivas...la escritura como material ,como bagaje espera allí ser fonetizada .Y es en la medida en que la escritura es vocalizada , que la escritura aprende a funcionar como escritura"..

"Lo que representa el advenimiento de la escritura es que: algo que es ya escritura , si consideramos que la característica es el aislamiento del trazo significante, siendo nombrado, llega a poder servir para soportar ese famoso sonido en el que Gardiner pone todo el acento en lo que concierne a los nombres propios."

"Lo que resulta de esto es que la cartacterística del nombre propio es que está más o menos ligado al trazo de su unión , no al sonido, sino a la escritura... Porque lo que se conserva de una Lengua a la otra es su estructura, su estructura sonora, pero esto es por la afinidad del nombre propio a la marca, a la designación del significante como objeto.."

"De allí se desprende la función sujeto, el uso de la función sujeto en el Lenguaje, es esa de nombrar con el nombre propio."..

"La estructuración del Lenguaje se identifica, a la localización de la primera conjugación de una emisión voal con un signo como tal, es decir con algo que ya se refiere a una primera manipulación del objeto .Si es del objeto que el trazo surge, es algo del objetop que el trazo retiene: su unicidad".

Hay un tiempo donde algo está allí para ser leído, leído con el Lenguaje cuando aún no hay escritura, es del inversión de la relación, de la lectura del signo que púede nacer la escritura para connotar la fonematización" .

El nombre propio especifica el enraizamiento del sujeto y está más ligado no a la fonematización, sino a lo que en el lenguaje está listo para recibir esta información del trazo

Que el nombre propio no se traduzca de un Lenguaje al otro no es un hecho contingente Es allí donde nace la propiedad tan particular del Nombre Propio en la significación.

Esto está hecho para hacernos interrogar sobre lo que hay de radical y originario en el inconciente, en tanto el sujeto habla dirigiéndose hacia la cadena de los enunciados , pero en ese mismo hecho , en la enunciación elide algo que es lo que no puede saber, el nombre de lo que él es en tanto suje to de la enunciación..

"En el acto de la enunciación tenemos esta primera nominación latente , concebida como el primer núcleo significante ese corazón hablante del sujeto que llamamos lo inconciente".

Por esto, Lacan establece la definición del estatuto del inconciente como olvido del Nombre Propio .

¿Cómo pensar estas cuestiones de la nominación en la clínica psicoanalítica con niños?

La apuesta sería leer esta clase del seminario 9 desde Encore, porque ya en este momento aparecen esbozados los tres redondeles de cuerda, aunque sin una formalización precisa. Trataremos de significar las puntuaciones citadas más arriba retomando la clase acerca de la "Función del Escrito " en Encore..

Entonces pensaremos los tres redondeles de cuerda en la clínica con niños en relación a la cuestión del nombre propio, para nada indiferente en cada sujeto.

La dimensión imaginaria nos da cuenta de las ataduras del nombre a las encrucijadas del ideal del Yo del Otro donde el sujeto viene a alojarse, y que le permiten verse amable en el espejo

La cuerda de lo simbólico supone el amarre subjetivo que inscriba esa pérdida que permitirá el circuito de la repetición,vuelta que permitirá escribir y nombrar el objeto causa de deseo, en tanto que faltante. Una pérdida que amarra y permite escribir un rasgo que rescatará lo unico, como particular, no como uno de unidad.

Lo real implica eso que escrito en el cuerpo, está allí para ser leído, que no puede traducirse pero sirve para traducir, que procura una pérdida del objeto de goce para poner en marcha la función del plus de gozar, esa cuando el sujeto se dispone a recuperar algo de ese goce ya perdido, pero que en tanto tal le permite advenir sujeto .Hay sujeto cuando la operación castración escribe la diferencia entre cuerpo y goce.

Pensaremos una viñrta del análisis de J, quien es traído a la consulta por un caso muy grave de dificultades graves en el plano del Lenguaje. Teniendo casi seis años , J no habla, nunca se mostró interesado en hacerlo, cuando lo hace no se dirige a nadie, y se limita a repetir frases estereotipadas que escucha en los dibujitos animados de la TV de los cuales es " adicto" Juega solo, no manifiesta demanda alguna, ni siquiera dirige la mirada a su posible interlocutor.

Se lo aloja en el dispoistivo procurando intervenir desde lo real del juego, a la manera del fort da., tratando de escribir la serie pédida, recuperación .

Ha ingresado después de unos meses de tratamiento en primer grado, y hay dudas sobre su posibilidad de alfabetizarse.

Un día me pide lápiz y papel y escribe lo que les muestro CASESE , lo que le leo en forma de pregunta ¿ Cásese? O Callese?, lo cual lo lleva a escribir en otro papel CALLEYE. Pido que él lea lo que acaba de escibir y dice : Yo no hablo en casa, hablo acá. No es M.. es el señor callese.

Le respondo: el sr Cállese no quiere hablar?

Me responde : quiero los millones de dólares...

No hay dólares...

Quiero los billetes....

¿Los verdaderos o los del juego?

Los de verdad...

Cuando le muestro los billetes de mi billetera se pone a contarlos...

Cuando J se atrece a escribir sobre el papel un nombre falso donde él mismo se nomina , está sin saberlo enunciando ese nombre que el Otro le ha dado para hablar por él, y el callarse es el modo de hacer consistir ese goce inexistente del Otro. Allí J se nombra sin saber con qué nombre, pero en ese punto marca un significante que puede representarlo, más allá de ese Goce otro que lo aplasta. Como Juanito que dibuja la jirafa para estrujarla, él pone un nombre falso donde le toma el pelo a esa intención del otro de acallarlo.

No es lo mismo callarse que escribir soy el sr Callese, que combina el casarse- deseo incestuoso con ese Otro devorador en cuyas fauces está retenido su decir- con el callarse, que el precio que paga por quedar retenido en ese Otro. Cuando escribe, sin saber con qué nombre, se nombra y en ese acto, algo del goce se cede, algo de su posición subjetiva cambia. Este es el acto inaugural de su ingreso a la escritura. A partir de allí será , casi un año más tarde , el mejor lector de la clase, el que gana siempre en el juego del ahorcado..

Caundo escribe algo se pierde, el goce autoerótico del mutismo, y algo se amarra, un significante donde el sujeto querdará representado para otro significante, porque el que se calla se opone al que habla, y en esa dialéctica se operará la vacilación alienación- separación propia de cada sujeto.

La oposición falso- verdadero no se agota en el nombre verdadero M y nombre falso El Sr Callese. También lo construye con el dinero. Cuando demanda quiero los dólares. Todos los dólares, el millón de doleres se le dice que no hay, no hay todos los dólares, el millón, la esfera queda agujereada.

Cuando le pregunto si quiere los billetes verdaderos o los del juego- los billetes que se usan para jugar al estanciero o al Juego de la Vida, quiere los que sirven de verdad para el intercambio. Los mira y los cuenta.

Después juega a tener dinero falso, en exceso, porque me pide que le haga muchos billetes, demasiados, porque no sirven para comprar nada..

En la sutil oposición entre lo que puede haber en exceso y ser falso- no sirviendo para nada. y lo escaso que sí puede servir para tener lo que se quiere- la moneda con la que comprar golosinas, se encuentra con lo posible de que un nombre falso le permite escribir un rasgo que lo amarre y construir una serie. Conjunción disyuntiva del síntoma: no hay esto sin lo otro..

También con el dinero verdadero debe recorrer cierto camino para acotar cierta proliferación imaginaria, donde se angustia cuando descubre que el billete tiene un prócer cuyo nombre también empieza con J , Juan Manuel de Rosas. Lo que se compra con él , el valor del billete será diferente del prócer allí dibujado. Ese dibujo al cabo no significa nada. Valor de corte de los simbólico, sólo contable., La calma aparece cuando los billetes pueden ser contados...

 

En los niños la escritura comienza con el nombre propio, pero a condición de servirse de él para fragmentarlo en letras. Con esas letras se introducirán en la operatoria de la lectura, del descifrado, del cifrado. Se valdrán de ella algún día para dar cuenta de los que les falta, si todo marcha.

Marité Ferrari

(1) Las citas corresponden a las primeras clases del Seminario de "La identificación", según la versión inédita utilizada para difusión interna en la Escuela Freudiana de Buenos Aires

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