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Número 3 - Abril 2001
Grandes hitos de la infancia
(y pequeños hitos también)
Hernán Polakiewicz

 

También el jugador es prisionero
-la sentencia es de Omar- de otro tablero
de negras noches y de blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste la pieza.

iQué Dios detrás de Dios, la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías...?

J.L.. Borges

Desde un comienzo, y hasta el final de su obra, Freud mantuvo un vivo interés clínico. Le preocupaba establecer cómo se enfermaban sus pacientes, y por lo tanto establecer un método terapéutico para curarlos.

Freud intentaba demostrar que los hombres se enferman y se curan de las enfermedades llamadas nerviosas por medio de la palabra. En este sentido considera a la palabra como mágica, como un medio muy poderoso que permite a un hombre influir sobre otro, y despertar movimientos anímicos en su destinatario. Por eso va a depositar su esperanza en que la magia de la palabra pueda eliminar las manifestaciones morbosas que reposan en estados anímicos. Propondrá que la palabra actúa directa e inmediatamente sobre lo anímico del ser humano. Pasará a constituirse entonces en el instrumento esencial del tratamiento anímico; que, por otro lado, tendrá un límite, ya que para Freud "El destino cura a menudo enfermedades mediante conmociones felices, por la satisfacción de necesidades, la realización de deseos; con él no puede competir el médico, que, fuera de su arte específica, suele estar condenado a la impotencia."

Este trabajo, intentará indagar, sobre aquellos actos, hechos, acontecimientos, palabras, que se han convertido en hitos para el sujeto, que han marcado un antes y un después, que han adquirido para el sujeto un valor simbólico pleno de significación, o han tenido un fuerte impacto no tramitado, condicionándolo, predisponiéndolo, o determinándolo, para la adquisición de cierta enfermedad mental. Es decir, para decirlo de otro modo, hay inscripciones, omisiones, significaciones, y resignificaciones, que irán constituyendo la realidad psíquica del sujeto, más allá de la realidad objetiva, que marcarán y delimitarán goces, e irán constituyendo la verdad del sujeto en cuanto a su lugar en el mundo.

Estos hitos contribuirán a conformar una historia de vida. Irán armando mitos, relatos, recuerdos, olvidos, y sensaciones, que describirán acontecimientos con los que se verá confrontado el analista.

iQué determina que algo se transforme en hito para un sujeto?

iEs un hito un suceso traumático?

iPor qué adquirió este valor para un sujeto?

iSe puede establecer la existencia de grandes hitos en la vida de los sujetos infantiles que ayudan a determinar la estructura de un sujeto?

iCómo opera el analista frente a estos hitos?

Quizás, debiéramos acordar, antes que nada, qué es lo que entendemos por hito.

Según la definición del diccionario, Hito es: Mojón o poste de piedra labrada, que indica direcciones o señala límites. Momento o suceso importante con el que pueden relacionarse otros.

Pensar estos hitos en la vida de un sujeto, es delimitar aquellos sucesos que dejaron una marca, una huella o que provocaron la aparición de un orden nuevo que no estaba. Entendiendo este nuevo orden como un novedoso comercio asociativo, posibilitado por un diferente juego de facilitaciones asociativas entre representaciones del aparato psíquico. Por lo tanto, podemos decir, que los hitos son creativos en tanto implican el hallazgo de una nueva respuesta del aparato pero siempre en relación a un modo de funcionamiento preexistente. Esto no significa que podamos saber de antemano qué es lo que ocurrirá con ese sujeto, pero sí pueden observarse clínicamente cambios a posteriori en el mismo una vez producidos estos hitos.

Podemos en una primera aproximación afirmar que los sucesos traumáticos suelen ser hitos en la vida de un sujeto, pero que no todos los hitos constituyen en sí hechos traumáticos.

Freud en un comienzo, y en un intento de explicar el orígen de la enfermedad mental, asignaba un valor preponderante a los hechos traumáticos en cuanto a la producción de una neuropsicosis de defensa. Establecía que lo traumático era la energía no tramitada, no elaborada. Esto era producto de dos escenas, la primera de carácter no sexual, y una segunda que resignificaba, a posteriori la primera dándole un carácter sexual que la volvía traumática. El tratamiento psicoanalítico en esta época consistía en, por medio de la hipnosis liberar esa carga retenida y deshacer el síntoma. Más tarde relativiza el carácter de real de la escena traumática dando lugar a lo que llamó la fantasía. Este concepto fue elaborado en forma conjunta a la conceptualización de la sexualidad infantil como traumática. Es decir, se debate entre lo endógeno y lo exógeno en cuanto a la etiología de las neurosis. Podemos pues preguntarnos, qué carácter tendrá un hito, será endógeno, exógeno...

De todas formas, vale una aclaración, aquellos sucesos que podían tener un valor traumático ya sea que hayan ocurrido o que pertenecieran a la fantasmática del sujeto, tenían un carácter sexual. Esto constituía y constituye el núcleo duro de la teoría freudiana, es decir la sexualidad entendida como traumática, y ligada al concepto de prematuración, que lleva a la necesidad de que un Otro sostenga al infans humano y lo vaya conformando a través de un juego de identificaciones sucesivas. En este hacerse "sujeto", el infans va atravesando fases que van reorganizando su quehacer pulsional. Esto provoca que de acuerdo a los tiempos de constitución subjetiva, determinados hechos adquieran una significación psíquica que va más allá de los hechos en sí, es decir no están contenidos en los mismos, sino que son significados de acuerdo al tiempo de constitución del sujeto.

Por lo tanto, de acuerdo a la fase, o tiempo constitutivo del sujeto, la significación de lo que se vive, percibe o le sucede al infans, puede cambiar. El sujeto otorga, entonces, mayor o menor importancia, o actúa selectivamente frente a los hechos que vive, de acuerdo al tiempo constitutivo, a la organización libidinal , por la que está atravesando .

Si bien todas las fases, los momentos constitutivos, tienen importancia para Freud, éste da un lugar destacado a la fase fálica, y por ende a la amenaza de castración, concebida como un peligro real exterior, que provoca la salida del complejo de Edipo. Freud aclara que va a circunscribir el término castración, no al acto de serle retirado al bebé el seno materno al terminar cada una de sus mamadas, ni al acto regular de la defecación, ni por último, al nacimiento mismo, como separación del cuerpo de la madre, sino que hace constar que el nombre de "complejo de castración" debe limitarse a los estímulos y efecto relacionados con la pérdida de pene. Esto no es necesariamente efecto de una amenaza casual y mucho menos constante, sino que el niño construye por sí mismo, imaginativamente, dicho peligro, fundándose en alusiones levísimas, siempre dadas.

La importancia de la amenaza de castración es determinante en la conformación de la estructura del sujeto, y lleva en el caso del varón a la disolución del Complejo de Edipo al que denomina Freud, complejo nodular de las neurosis. También aquí Freud se debate acerca de si el fracaso del Complejo de Edipo, radica solo en sucesos vividos o si también en su propia imposibilidad interna, al mencionar que "debe caer como caen los dientes de leche ante el avance de los definitivos."

Por lo tanto, la conformación de las diferentes fases libidinales , el complejo de Edipo, y su salida, producen cambios en la organización psíquica del sujeto que dejan sus efectos y productos, como por ejemplo la conformación del superyo y el posible establecimiento del significante de la falta en la estructura. Esto marca un antes y un después. Entonces, quizás podamos pensar como grandes hitos, a aquellos que provocan un cambio, una reorganización que aporta algo nuevo que no estaba contenido. Otros hitos que han sido delimitados son, por ejemplo: y, obviamente, además del nacimiento, la conformación yoica , bien descrita en el estadío del Espejo por Lacan o el pasaje de la posición esquizo paranoide a la posición depresiva descrita por Melanie Klein.

También deberíamos mencionar a la pubertad, en la que comienzan las transformaciones que han de llevar a la vida sexual infantil hacia su definitiva constitución normal, en la que el instinto sexual, hasta entonces predominantemente autoerótico, encuentra el objeto sexual. Si hasta este momento actuaban los instintos en forma aislada, y las zonas erógenas independientemente unas de otras, buscando como único fin sexual determinado placer, ahora, al aparecer un nuevo fin sexual, los instintos parciales, y las zonas erógenas se subordinan a la primacía de la zona genital.

Pero, una vez establecida una nueva organización, ésta no está exenta de verse fijada en el tiempo, o impedida en su desarrollo, y en ese sentido, facilitar un proceso de regresiones posibilitadas por estos puntos de fijación.

No es mi propósito establecer una secuencia temporal de hitos sino recalcar la importancia de estos, en cuanto al acto creativo que implican, en el cual a partir de algo preexistente, estarían creando un orden nuevo, y estando sujeto ese orden a posibles alteraciones o regresiones.

No quiero extenderme más en estos hechos que conocemos todos. Me quiero referir, sobre todo a otros hitos que hacen a la singularidad del sujeto, pero que no obstante se realcionan con lo que acabamos de describir. Freud dice: "La filogénesis parece haber fijado un orden y una duración para las diferentes tendencias y actividades hasta ser sustituidas por otras nuevas o sucumbir a una represión. Sin embargo, tanto en la sucesión como en la duración de estas tendencias existen variantes susceptibles de ejercer una influencia decisiva sobre el resultado final." Y agrega "No podemos ní siquiera indicar de qué pueden depender tales perturbaciones temporales de los procesos evolutivos." Y se pregunta si se trata de un problema biológico o quizá histórico.

O sea, hay hechos, sucesos, hitos en la vida singular de un sujeto que tienen una influencia decisiva, pero remarco esta pregunta de Freud iSerán de carácter biológico, histórico?

Esto nos lleva a pensar en los llamados sucesos accidentales, que Freud plantea en las series complementarias. Estos sucesos, vividos en la infancia y en épocas posteriores, junto con lo constitucional, intervienen en la constitución definitiva de la vida sexual, y por lo tanto en la producción sintomática. Freud dice entonces que: " No es fácil valorar la acción de los factores constitucionales y accidentales en su recíproca relación. En teoría existe una inclinación a exagerar la valoración de los primeros. La práctica terapéutica hace resaltar, en cambio, la importancia de los últimos. No deberá nunca olvidarse que entre unos y otros existe siempre una relación de cooperación y no de exclusión. El factor constitucional debe esperar sucesos que le hagan entrar en acción, y el factor accidental necesita apoyarse en el constitucional para comenzar a actuar. En la mayoría de los casos debemos representarnos una serie de combinaciones «complementarias», en la cual la intensidad que se debilita en uno de los factores es equilibrada por la del otro, que aumenta en grado proporcional."

La pregunta que surge, pues, es por qué entran en combinación los sucesos accidentales con lo predisposicional?

Podemos encontrar una respuesta en el historial del Hombre de las Ratas en el que Freud dice que " El primer enigma que se nos planteaba era el de por qué las dos intervenciones del capitán, el relato del tormento del las ratas y la invitación a devolver el dinero al teniente A, habían producido tan intensa excitación al sujeto y provocado en él reacciones patológicas tan violentas. Era de suponer que nos hallábamos aquí ante un caso de sensibilidad de complejo y que tales relatos habían herido puntos hiperestésicos de su inconsciente."

Es decir, planteo que para que un suceso accidental adquiera la categoría de hito, tiene que entrar en comercio asociativo con ciertas representaciones del inconsciente. Esto sería herir un punto hiperestésico del inconsciente. Pero...

iCómo funciona el aparato, que permite esta asociación? Quizás esto pueda ser tema de otro trabajo. Sin embargo, podemos decir, siguiendo a Freud en el proyecto de psicología para neurólogos, que una imagen mnemónica es recatectizada por una nuevas percepciones cuando esa nueva percepción guarda cierta semejanza con la imagen mnemónica contenida, surgiendo un estado análogo en el sujeto. Es decir, se establece una suerte de identidad. Este estado incluye el placer o el displacer y la tendencia a la descarga. El yo tiende a controlar estas descargas, pero, suele enfocar la atención sobre las percepciones, que son los factores desencadenantes normales del displacer. Pero si una percepción, despierta una traza mnemónica, y es esta la que inesperadamente desencadena el displacer, y el yo se entera de ello demasiado tarde, simplemente porque no esperaba que eso ocurriera.

Entonces, en el caso del Hombre de las Ratas, dice Freud, "la idea del tormento de las ratas había excitado toda una serie de instintos y despertado una multitud de recuerdos, adquiriendo así las ratas en el breve intervalo entre el relato del capitán y su advertencia de que debía devolver el dinero, toda una serie de significaciones simbólicas, a las cuales fueron agregándose otras muchas en lo sucesivo." Una de esas significaciones, remitían a su conflicto patológico que era, en esencia, una lucha entre la voluntad superviviente del padre y la inclinación amorosa del paciente.

Es decir, que este relato del capitán cruel, constituyó un hito para este sujeto, ya que produjo un cimbronazo, y reacomodamiento en los tres registros, real simbólico e imaginario. Pero, a su vez esto fue posible, ya que se asentó sobre un hito anterior en la historia de este sujeto. Me refiero a la sentencia del padre, cuando, "siendo el hombre de las ratas un niño muy pequeño debió de hacerse culpable de alguna falta por la que el padre le castigó severamente. El castigo habría hecho surgir en él un intenso acceso de cólera, y mientras su padre le azotaba se debatía desesperadamente, insultándole con furia. El padre, asustado ante aquel violento acceso, dejó de pegarle y dijo: «Este chico será un gran hombre o un gran criminal.» El sujeto dice tener la impresión de que esta escena perduró largamente tanto en él como en su padre. Este último no volvió a pegarle, y él por su parte, deriva de tal suceso gran parte de la transformación de su carácter, pues, temeroso de la magnitud que su cólera podía alcanzar, se había vuelto cobarde desde entonces." Esta sentencia, estas palabras, dejaron un sello ineludible en el sujeto. Aquí también vemos un antes y un después que reordenó la economía pulsional del sujeto, modificando su carácter, su posición en el mundo.

De forma semejante, podemos pensar que en Juanito fue un hito el nacimiento de su hermanita, ya que " este acontecimiento dio más agudo interés a sus relaciones con sus padres y planteó a su pensamiento insolubles problemas, en tanto que el espectáculo de los cuidados corporales de que era objeto la recién nacida despertaba en él las huellas mnémicas de sus más tempranas experiencias de placer.", dice Freud. "A los pocos días del nacimiento de su hermana, Juanito, enfermo y con fiebre, delata su disconformidad con aquel aumento de la familia." Además, el nacimiento de Hanna coincide con la importancia de Juanito para con el hacepipí. "La observación de su hermana, la percepción de la falta de pene en las niñas, lleva a Juanito a entrever lenta, y dolorosamente la posibilidad de perder su pene, resignificando sucesos anteriores sostenidos por sus hipótesis sexuales."

"La carencia de pene es interpretada como el resultado de una castración, surgiendo entonces en el niño el temor a la posibilidad de una mutilación análoga.",dice Freud.

Es decir, que el naciemiento de Hanna fue un hito para Juanito, en tanto en éste se asoció ese observable, ese suceso accidental, a la problemática en la cual él venía transitando.

Pero quiero terminar de ejemplificar esto a partir de un par de ejemplos clínicos.

Martín tiene 14 años. Su madre consulta debido a la mala relación que tiene con éste. Al recibirla a ella en una primera entrevista, me encuentro con una persona joven, con jeans ajustados, pelo teñido, y muy pintada.

Entra, se sienta, y comienza a hablar: -Con Martín nos llevamos muy mal, me insulta se pelea conmigo, me dice de todo, es una cloaca y, no lo puedo parar. Pero... bueno, él, pobrecito, sufrió mucho todo este tiempo por la muerte de su padre. Nosotros éramos una familia tan unida... a todos lados íbamos juntos. Siempre que salíamos con mi marido los llevábamos, a Martín y a su hermana Natalia. Y fue todo tan de golpe...Tan rápido... suspira, se detiene. Justo suena su teléfono celular. Atiende. La escucho. Sí mi amor, sí mi bomboncito, claro mi dulce, estoy acá donde más sino, sí, te llam, te llamo después, cla... sí, quedate tranqui...bue, chau, chau mi vida.

Ante mi cara de asombro, que seguramente me delataba, se ve en la necesidad de explicarme con quien hablaba.

- Era Martín, me dice, con naturalidad. Lo que pasa es que él me controla todo el tiempo. Quiere saber a cada minuto dónde estoy, qué hago, con quien estoy. Me llama como catorce veces en el día... Y la verdad es que casi no me deja respirar. Yo le digo, Martín pará un poco, pero él insiste. Dice que me llama muchas veces porque yo le miento, pero casi no tengo oportunidad de mentirle. Bueno, en verdad yo le mentí.

Vuelvo a poner cara de asombro. Sigue con su relato.

Lo que pasa es que su papá murió hace ocho meses, y yo a los dos meses que murió él, empecé a salir con Oscar. Es un chico divino, eh! Yo no lo planifiqué. Se dio así. Tal vez fue muy rápido y Martín no lo pudo asimilar. Pero bueno se dio, nos enamoramos, y... al mes se vino a vivir a casa. El tiene 21 años. Quizás también eso le moleste a Martín. Yo tengo 39, pero pienso que para el amor no hay edad. Mi marido tenía 40 años cuando murió. Yo lo quería muchísimo, éramos la familia perfecta. Martín tenía mucha relación con su padre. Compartían muchas actividades juntos. Era muy apegado a su padre.

Y claro, no me animé a decirle que salía con Oscar. Le iba a resultar muy pronto. Entonces, por ahí le decía que salía con amigas, y salía con él, y... creo que se daba cuenta. Me decía que era una puta, que cómo le mentía, que ya me había olvidado de su papá. Si yo me ponía minifaldas, me obligaba a cambiarme.

Cuando Oscar se separó de su mujer y vino a casa, Martín insistió en dormir en el medio de los dos, a la noche. Y, yo lo dejaba. Claro me daba pena. Ahora me pregunto si tal vez no estaba mal lo que hacía. Pero, él se negaba terminantemente a dormir solo. En realidad él ya venía durmiendo conmigo. También dormía conmigo Natalia. Fue justo después de la muerte de Santiago, mi marido. Yo les pedía que durmieran conmigo, les decía que me sentía sola. No los dejaba salir, les pedía que se quedaran en casa para hacerme compañía. Y ellos aceptaban. Al poco tiempo Natalia se fue a dormir a su cuarto, pero Martín no.

Una amiga, un día me dijo: "Vos estás loca, sos vos la que tenés que consolar a tus hijos por la muerte de su padre y no al revés." Ahí me di cuenta que no podía tenerlos conmigo todo el tiempo y aflojé.

- Y Martín qué decía de todo esto?, atiné a preguntarle.

- El, pobrecito, tenía mucho miedo que me pasara algo. Yo voy a correr alrededor del hipódromo todos los días, y me rogaba "mamá, por favor no vayas, a ver si te pasa algo." Claro, él tenía miedo, porque mi marido le agarró un paro cardíaco fulminante corriendo. Pero no fue por correr. El era gordo, se fumaba dos atados por día, y aparte había comenzado a tomar pastillas para adelgazar. Eso lo mató. Yo le decía, largá esas pastillas, te querés matar!? Y bueno, finalmente pasó. Fue una tragedia.

Sacando esto de los insultos, Martín es un chico bárbaro, super cariñoso. Muy mimoso. Tiene muchos amigos del barrio, que la verdad es un grupo divino. No sé, me parece que le puede venir bien un poco de ayuda. Los primeros meses después de la muerte de su padre, le fue muy mal en el colegio, ahora repuntó. Pero sigue estando muy agresivo. El en un comienzo se negó a venir, pero yo le dije Martincito, te va a venir bien, nos peleamos mucho, vos está mal, necesitás hablar con alguien de lo que te pasa. Al final aceptó.

Recibo a Martín en el consultorio. Su forma de conducirse era la de un chico mayor a la de su edad, casi como si estuviera tratando con alguien de su edad.

Me saluda con un "QuehacéHernántodobien?"

Yo? Bien, le contesto, y vos?

Y... masomeno. Seguro que te contó mi mamá. Te contó? Qué te contó?

Le respondo que su mamá estuvo aquí contándome cómo se llevaban. Que él seguramente estaba enterado de esto porque llamó por teléfono.

Ah sí. Te dijo. La llamo siempre. Quiero saber dónde está. Porque me miente.

Te miente?

Sí. Por eso me peleo mucho con ella. Porque ella no me dice la verdad. Me mentía y me decía que se iba con amigas y salía con Oscar. Y yo no soy ningún gil. Yo me doy cuenta de las cosas.

Y de qué te das cuenta, qué te enoja tanto.

Y... qué te parece Hernán, mi papá murió hace ocho meses y mi mamá ya está de novia!! Me parece que está mal. No se puede olvidar tan rápido de él. Aparte ahora que está con Oscar también pasa menos bola. No le puede dar mas bolilla a Oscar que a mí. Si yo estoy en el baño, y le pido una toalla, me dice que me la vaya a buscar. Si está Oscar, va, se la lleva, entra al baño y se la da. Aparte está saliendo con él todas las noches. Pará un poquito vieja, le digo quedate algo con nosotros. Pero ella hace la suya. No le importa.

Le digo que en estos últimos meses ha cambiado mucho su vida, que seguramente todavía seguía extrañando a su papá.

Sí, fue todo muy de golpe, yo no entendía nada. Está bien, el fumaba mucho, pero lo que lo mató no fue eso sino las pastillas que había empezado a tomar para adelgazar. Bajó como doce kilos en una semana. Es un montón. Mi vieja le pidió que no las tomara más pero él no hizo caso. Para mí que se quería matar. Nosotros nos llevábamos bien. Nos puteábamos pero nos llevábamos bien. Cuando murió, mi tío fue a buscar a la médica que le recetó las pastillas con un revólver para matarla. Pero no la encontró. Estaba loco mi tío.

Y vos, cómo estabas?

Yo estaba muy triste, pero más triste estaba mi mamá. Lloraba todo el día. Aparte se armó un lío bárbaro en el negocio porque el hijo de mi tío nos empezó a robar y mi vieja tuvo que echarlo del negocio. Y cuando las cosas se empezaron a calmar, a mi vieja se le ocurre ponerse de novia Está loca, es una jovata para él. Encima, fue culpa mía.

Cómo es eso que fue culpa tuya?

Y sí. Yo le presenté a Oscar a mi mamá. Bah! En realidad mi mamá ya lo conocía. Mi papá también. El decía que era un buen chico. Oscar es del barrio. Es un vago! Vivía a la vuelta del negocio. Mi papá siempre hablaba con él. Estaba casado, tenía una beba de no sé cuántos meses. Como mi vieja me dijo que necesitaba alguien que le fuera a ayudar en el negocio, le dije a Oscar y así él empezó a trabajar. Después parece que se gustaron. Pero fue por mí.

Te sentís culpable por eso?

Un poco sí, pero qué me iba a imaginar. Si mi viejo lo supiera...

Si tu viejo lo supiera...?

Y... no le gustaría nada.

Por qué, cómo era tu viejo?

Era un loco..., un calentón como yo. Si le entraban a afanar en el negocio, los cagaba a puteadas a los ladrones y los sacaba a palazos.

Será eso lo que sentirás en relación a Oscar, que es como un ladrón que viene a afanarte a tu vieja?

No, yo a Oscar apenas lo puteo. Sabe que conmigo no tiene que meterse. Pero él no debería estar viviendo en mi casa.

Y... por eso lo vigilarás, hasta en la noche, cuando duerme. Te metés en el medio de él y tu mamá. Vaya a saber uno qué puede llegar a hacer si vos no estás!!

(se ríe) Pará Hernán. Qué querés decir. Yo duermo ahí porque es más calentito, más cómodo.

Comodísimo!!!

(continúa riéndose)

Esta situación se mantiene durante unas semanas más. Martín continuaba hablando acerca de las peleas con su mamá, de sus broncas, y de su papá. Un día viene y me dice:

Sabés que ya no duermo más con mi mamá y Oscar!?

Ah, no? Qué pasó?

Me rajaron.

iCómo que te rajaron?

Sí me dijeron que no duerma más ahí.

Pero eso te lo deben haber dicho muchas veces. No será que vos habrás cambiado de opinión?

Me mira, se sonríe, me dice, la verdad que ahora duermo mucho más cómodo.

Al poco tiempo me cuenta que ya no la llama tanto a su mamá por teléfono. Junto a este cambio de actitud aparecen temas nuevos en sus relatos, más referidos a él que a la zaga de sus padres, aunque ligados de alguna manera: Por ejemplo, comienza a hablar de una chica que le gustaba pero que había decidido cortar porque tenía sospechas que lo engañaba con su mejor amigo (de Marín). Me pregunta, también si puede hablar conmigo de sus dudas acerca de qué carrera seguir. Le digo que claro, que puede hablar de lo que quiera. Le señalo, no obstante que ha comenzado a preocuparse un poco por su futuro, y que ha dejado de estar tan atento a lo que hace o deja de hacer su mamá. Le pregunto qué es lo que tiene pensado seguir. Me responde que Ingeniería mecánica. "Me fascinan los autos. Como a mi papá."

Si bien uno podría decir que obviamente la muerte de un padre es todo un acontecimiento para un sujeto, el tiempo en que se produjo la muerte de su padre para Martín adquirió la dimensión de hito, en tanto un tiempo de atravesamiento por la pubertad, con el consecuente reverdecer pulsional que esto implica. Una suceso "accidental" que marca su salida exogámica. La muerte de un padre que deja a Martín a merced de su madre que lo quiere como un bomboncito que le endulce la amargura por la pérdida. No hay lugar a una aceptación de la falta en la madre. Este hecho accidental se asocia a una trama pulsional, y a un lugar al cual es llamado por su madre, y al que él responde en parte, a taponar la falta, a endulzar una amargura, a ser un antidepresivo.

Para Alejandro, fue un hito que sus padres lo hayan sacado del jardín cuando tenía tres años. Así lo dice: " Me dejaron afuera. Yo no me daba mucho con mis compañeros, y la maestra decía que yo era muy inmaduro para estar en el jardín. No hablaba con nadie, no jugaba. Mis padres hicieron una consulta con una psicóloga y decidieron que empezara el jardín un año mas tarde. Yo quería seguir, pero ellos no me dejaron. Quienes son ellos para dejar afuera a un chico? Eso no se hace. Me hicieron sentir como un tonto, como un inútil, un retrasado."

Así fue. Un hecho, acompañado por una sentencia, que lo dejó afuera. Una imagen devuelta por un espejo que lo identificó como un ser tonto, inútil, retrasado, y que tuvo su eficacia simbólica. Eficacia que se comprobaría en cada uno de sus actos, y a lo largo de su vida, en la que se repetirían innumerables veces el ser dejado afuera, lo que paradójicamente le daba un lugar, el de ser un tonto.

Para concluir, quiero expresar que, lejos del furor curandis, quizás debiéramos pretender que el análisis de un paciente, se transforme en un hito para el mismo. No se trata de pretender que sea lo mejor que le haya sucedido en la vida. Sino, simplemente que no sea en vano. Es decir, no se trata que los analistas cambiemos lo real, tarea imposible, lo sabemos, sino que ayudemos a que se produzca un cambio, un reordenamiento simbólico e imaginario. Quizás, para esto, sea necesario indagar los hitos, aquellos momentos históricos del sujeto, que a posteriori nos demuestran su importancia, para que junto al paciente podamos reescribir su historia. Es decir, para que podamos mover las piezas en el tablero de ajedrez , permitiendo un mayor número de combinaciones posibles.

Hernán Polakiewicz

Noviembre de 2000

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