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Número 15 - Noviembre 2022
Notas sobre el objeto anal
Silvia Tomas

Antes de tomar la vía que proponemos abordar hoy en relación al objeto anal recordaremos  lo trabajado por Jaques Lacan  en relación al objeto a.
El concepto es inventado e introducido por él luego de haber profundizado en  las postulaciones freudianas del objeto perdido y objeto de la pulsión, pero fundamentalmente habiendo tomado base filosófica en lo  trabajado por  Gottlob Fregue en su Ontología Insustancial, cuestión que mencionamos como fundamental  en los desarrollos de Lacan, quien se interesa en la obra del lógico a lo largo de sus vastos desarrollos.

A partir de esos basamentos en los cuales se apoyara para su invención, Lacan  reconoce también como antecedente inspirador al objeto transicional de Donald Winnicott.

 No sin las postulaciones de sus predecesores, pero de su invención, presenta al objeto a como  lo que está en un espacio que se gesta entre el Sujeto y el Otro a partir de las operaciones de su causación  a saber: Alienación y Separación.

Con gran lucidez y  tomando como soporte la lógica y la matemática de conjuntos, nos transmite estas dos operaciones que son circulares pero no recíprocas y arrojan al objeto a como la causa misma del sujeto.
 Ya que toda vez que el sujeto no fuera  tomado como mero objeto para Otro,
  se daría la ocasión donde el  objeto a pueda constituirse como montura del sujeto.

 Objeto a que, si bien  como tal es  rien (en francés una de las  formas de la nada) a partir de su existencia  vemos aparecer las especificidades de lo oral, lo anal,  lo escópico e invocante, siempre en función y a partir del falo, significante impar que divide aguas entre neurosis y psicosis.
En el gráfico realizado por el autor francés en el Seminario X respecto a las formas que toma el objeto, nos  encontramos con  una U invertida.

Se trata de una  curva ascendente que parte del objeto oral.
Allí se produce la demanda que es del sujeto, mientras que  quien  juegue de madre  podrá transformar  ese grito en llamado.

Al tomar el alimento, mientras el infans satisface la necesidad,   se producirá además el enlace de  miradas.
Miradas que se encuentran y se cruzan. Tal es así que llegado un momento, el niño estará más interesado por el pecho que por el alimento.
Veremos como con sus gorjeos le habla al pecho mientras dialoga escópicamente con   con su madre.

Allí la voz de la Otro juega un papel, sus resonancias, tocarán  el cuerpo del niño llegando aún  antes que el significante. El susurro, el canturreo, lo que hace a lo intimo.

La importancia del aporte de Lacan que hoy queremos resaltar reside en  marcar que lo central en el pasaje  del objeto oral a lo anal no es de razón evolutiva, sino que lo particular de este pasaje se centra en que  en el objeto anal la demanda  es del Otro. Allí se ha producido una torsión.

A la inversa de lo que sucedía con el objeto oral, donde  era el infans quien gritaba por hambre, frío o dolor y el cuidador lo tomaba como demanda, en cuanto al objeto anal es la madre quien le pide al niño que lo done.

Se ha producido una inversión en la demanda y el niño está en condición  de decir sí o no.
Ahora puede  negarse a cumplir  con la demanda del Otro y retener o dar sus heces cuando lo desee. Vemos surgir en el campo de la clínica los síntomas de encopresis o retención  en tiempos de infancia.
Síntomas que son creaciones del sujeto, nos dicen algo.

También se juega en el  sujeto el temor a  perder esa parte que considera de su cuerpo: las heces.  Son regalo y a la vez deshecho mal oliente.

Se juega el temor a perder parte de su cuerpo, miedo al vacío del inodoro.

Es en este momento donde se construye la cuestión del don.
Por eso para el obsesivo, cuyo objeto privilegiado es el anal, el tema de la oblatividad será fundamental.
Lacan dice no poder comprender nada de la fenomenología del obsesivo si no se tiene en cuenta su anclaje en esta fase.

En este momento la demanda es de orden y contraorden: retener, soltar. Vemos  ahí la ambivalencia del obsesivo  y también los dos tiempos del síntoma.

Pero lo anal no es solo  lo excremencial. Es también un tiempo donde se juega lo que el niño agarra y desgarra. Tira por tierra y desea que el adulto se lo levante.

La agresividad muscular lo lleva a realizar movimientos: arrastrar juguetes, subir toboganes, luego podrá ser  practicar  deportes, etc.
En las actividades lúdico artísticas el  interés por la materia fecal será sublimado por el amasado y la pintura.

Se alcanza un desarrollo neuromuscular tal  que crea la disposición de grupos musculares agonistas y antagonistas y la posibilidad de imitar al adulto no solo en gestos sino en movimientos.

Es importante remarcar la perspectiva de Jacques Lacan en su planteo del Seminario X donde los objetos oral y anal serán los de la demanda y el  escópico y el invocante los del deseo, siempre a la luz de la operatoria del falo.

Resaltando que lo central entorno al pasaje de lo oral a lo anal no es evolutivo sino del orden de la subjetividad en lo que hace a las torsiones de la demanda.

Bibliografía Central

Lacan Jacques. Seminario  IV      “La relación de objeto”
Lacan Jacques. Seminario   V       “Las formaciones del Inconciente”
Lacan Jacques. Seminario   X       “La angustia”
Lacan  Jacques. Seminario XI        “Los cuatro conceptos fundamentales”

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