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Número 14 - Noviembre 2020
El hilo de la lengua de Aurora Venturini
Natalia Neo Poblet


Suele escribir en primera persona. “Encarno cada personaje. Me pongo en su piel y desde ahí escribo” (1). Refiere, en la misma entrevista, que en su novela: ‘El marido de mi madrastra’ (2), fue un caso real de minoridad en el Instituto de Psicología y Reeducación del Menor, donde tuvo cargo como asesora y conoció a Eva Perón, con quien trabajó y fue amiga. Venturini se graduó en Filosofía y Ciencias de la Educación en la Universidad Nacional de La Plata. Así mismo, estudió psicología en la Universidad de París, ciudad en la que se autoexilió durante veinticinco años tras la Revolución Libertadora.

Se presenta al concurso Novela Joven Página/12 en el año 2007 y gana con su novela ‘Las primas’ (3). Usó como seudónimo el nombre de Beatriz Portinari (4) , musa inspiradora de Dante Alighieri (5) en el famoso libro ‘La divina comedia’.
En sus libros está siempre presente lo anormal en el ámbito familiar: discapacidades, minusvalías. “No éramos comunes por no decir que no éramos normales (…) Pobre Betina. Error de la naturaleza. Pobre yo, también error y más aún mi madre que cargaba olvido y monstruos. Pero todo pasa en este mundo inmundo” (6) .

La música de fondo de sus novelas

Los temas recurrentes en sus novelas suelen ser: la muerte, embarazos no deseados, abortos, enanos, la incapacidad. Y su relación con la palabra.
La protagonista de ‘Las Primas’ tiene a su madre inmersa en la tristeza, una hermana paralítica y retrasada, una tía loca y una prima enana. Y en ‘Nosotros, los Caserta’ la tía de la protagonista es enana.
Hay una fusión entre Aurora y Yuna. “Yuna soy yo” al estilo Faulbert “Madame Bovary soy yo”.

Su escritura

Su escritura rompe con los cánones de su época por no ser una escritura lineal ni usar prolijamente la gramática.
Yuna, la protagonista de ‘Las primas’, prefiere hablar lo menos posible para que los demás no se percaten de su retraso, retraso impostado más que nada por su madre.

La destaca su fragilidad ante la gramática, su insaciable voluntad por superar su “debilidad mental” y su “minusvalía”. Presenta dificultades con el lenguaje y busca palabras en el diccionario para sostener una fidelidad en el uso de las mismas y para poder completar sus frases para hacerse entender. Suele romper la lógica de la sintaxis prescindiendo de puntos y comas. A Yuna se le atropellan las palabras y tiene una dificultad en el uso de la puntuación.
Esas palabras que va aprendiendo del diccionario e implementando en su habla las remarca señalando este hecho con la palabra “diccionario”. “Leía dislálicamente, dijo la psicóloga” (7).
Yuna no entiende del todo el significado de las cosas. Se le dificulta leer y hacer uso de la palabra. Habla sin puntuación, porque se le escapa la idea. 
“Ah…los puntos…fatigan pero adentro de la cabeza ponen ideas tantas que se atropellan y luego ya no sé qué era lo que tenía interés de aclarar (…)” (8).
“(…) si ponía punto o coma perdía la palabra hablada” (9).

Pero en un momento comenzó a pintar lo que sentía sobre algunas escenas familiares que vivía. Pintaba en cartones alegorías de sus sentimientos. Conoce a un profesor de pintura y empieza a incitarla a pintar.
“(…) y como me vino la inspiración, pinté a brochazos apresurados motivos atinentes a cuanto ocurrió esa semana trágica, abundante y goyesca. Ya dije que por dentro de mi psiquis sabía detalles y formas, que era muy distinta a la boba de afuera que hablaba sin punto ni coma porque si ponía punto o coma perdía la palabra hablada (…)” (10).

Sus cuadros comienzan a llamar la atención y de la mano de ese profesor termina en una exposición.
Yuna va pasando de la debilidad mental a ser una artista. Se reinventa en el acto de pintar. Pasa de una escritura atropellada sin puntuación a un uso más prolijo de la palabra.
“El profesor dijo que yo no era tarada sino artista plástica ensimismada y que haría una exposición de cuadros en buenos aires y que en la ciudad ya había vendido dos” (11).

Pese al duro comentario de su madre y al apoyo de su profesor de pintura, Yuna empieza a exponer en Bellas Artes.
“(…) Compré una tela grande para pintar mi mundo” (12).
“Tenía en mi cabeza líos enormes que volcaba en los cartones (…)” (13) “Yo sólo vivía para sentarme y pintar y el mundo circundante desaparecía dejándome en una preciosa isla de tonalidades” (14).

Logra inventarse haciéndose de un nombre y le permite ficcionar, armar otra versión de aquello que se le presentaba.

Logra reubicarse de otro modo y no es sin que el otro la ubique en otro lugar. Ahora es ‘alguien importante’ para ese otro. En un principio lo fue el profesor y ahora Bellas Artes.
“[…] yo ya entraba en un campo cultural aceptable y tanto que en Bellas Artes me ofrecieron suplencias porque el profesor José Camaleón ya se jubilaba. Acepté porque ya dominaba bastante la palabra hablada y trataría de hablar lo menos y pintar lo más” (15).
 “[…] y yo sabía que cuando algo me molestaba hablaba con mayor fluidez y llegaba a la conclusión de que pronto no necesitaría más al diccionario fuente de tanto saber y que me instruyó aumentando mi capacidad intuitiva y a veces conceptos clarísimos afloraban sin tener necesidad de agregar ídem o sea que provenían del diccionario y significaba que al pasar algunas páginas buscando el significado de un vocablo otras palabras se aclaraban y yo tenía conciencia de que alguna vez sería como todos en el arte de hablar” (16).

Donde había una minusválida mental, ahora hay una niña prodigio.
“Trataré de aprender a colocar comas y puntos porque todo lo escrito se me viene encima como si me volcara un plato repleto de fideos sopa de letras y al lector acaso le ocurra lo mismo pero todo de una sola vez no puedo y también tengo que aprender el tema de mayúsculas y acentuaciones yo terminé sexto grado y gracias a mi capacidad artística ahora concurro a conciertos, reuniones de plásticos y he obtenido varios premios de pintura” (17).
“Qué fatigada estoy por puntuaciones y comas imprescindibles para respirar que de otra manera me ahogaría y no quiero desaparecer hasta no presentar un número importante de pinturas en el salón de Bellas Artes, dijo el profesor que sería una exposición unipersonal es decir de una sola persona que sería quien escribe estos documentos vitales que alguien leerá y se admirará no por lo escrito que carece de estilo literario sino por lo pintado que auguran y que será rimbombante en diarios y revistas y estoy orgullosa de mi obra y de que el profesor me llame niña de la corbata por mi parecido con la señorita melancólica de Modigliani” (18).
“El profesor dijo que yo no era tarada sino artista plástica ensimismada y que haría una exposición de cuadros en buenos aires y que en la ciudad ya había vendido dos” (19).

Tanto en ‘Las primas’ como en ‘Nosotros, los Caserta’, las protagonistas ganan premios en pintura y escritura, es decir, adquieren un reconocimiento por fuera y eso pasa a ser el trampolín para que logren emanciparse de su núcleo familiar y continuar su formación universitaria e intelectual. Mientras que en ‘Las amigas’, la protagonista Yuna con unos 80 años escribe desde su éxito ya consagrado como pintora.

Sus identificaciones

Es recurrente encontrar en las novelas de Venturini que las protagonistas se suelen identificar en una pintura. Por ejemplo, en la novela ‘Nosotros, los Caserta’ (20), la protagonista refiere: “soy la ‘alegoría de la melancolía’de Alberto Durero, y mi recinto es el mismo entorno del personaje” (21). Así mismo, en su novela ‘Las primas’ y en ‘Las amigas’, la protagonista se identifica con ‘La niña de la corbata’ de Modigliani: “yo era bonita como una chica modelo de Modigliani, ‘La niña de la corbata’” (22).

La mirada de esas madres
Las madres de las protagonistas suelen ser fracasadas e ignorantes que someten a sus hijas en lugares no prometedores y tienen una mirada peyorativa hacia sus hijas.
“Mi madre empezó a enguantarse. Manos de concertista de piano fracasada por casarse antes que su hermana menor; siempre quiso ganar. Perdió siempre” (23).

Sensación, en estas protagonistas, de estar presas de la mirada de esas madres. Relaciones tensas. El escenario familiar incluye padres que abandonan a esas madres y una figura paterna casi ausente. La meta de las protagonistas suele estar en Europa como un punto de salvación y de rescate de ese lugar familiar. También presentan un fuerte deseo a leer o a pintar, un modo de hacer algo con ese malestar y convertirlo en un progreso personal.
“Mi capacidad intelectual ya me permitía leer Historia del Arte, Europa ya era mi meta” (24).

En su novela ‘Nosotros, los Caserta’, la madre la rebautiza llamándola: ‘Cataplasma’ (25) . “Mi madre amenaza: ‘Cuando volvamos a casa se lo contaré a su padre’. Resignada dice al hombre: ‘Haga lo que pueda con esta cataplasma” (26).
Mientras que en ‘Las primas’, la mirada peyorativa de la madre atraviesa toda la novela. La madre se refiere a las pinturas de Yuna como ‘mamarrachos’ (27).

Sus mascotas

En su novela ‘Nosotros, los Caserta’ la tortuga Bertha era fiel compañía de la protagonista; como lo fue la araña Rebeca y su hija Ariadna para Venturini en su casa de La Plata. Esto último lo cuenta ella en un documental donde refiere lo siguiente sobre Ariadna, hija de la araña Rebeca: “Yo hablaba mucho con ella. Cada uno tiene la familia que puede. Y Ariadna ahí está aplastada en el libro de Pancho, alguien la aplastó. Vino a leer y se quedó” (28).

Su sexualidad

Las protagonistas no atisban en ninguna ocasión a vincularse con su propia sexualidad, pareciera que nada quieren saber al respecto.
“(…) yo carecía de necesidades afectivas, nunca tuve amor, mi sexo dormía bloqueado por mi capacidad intelectual tan superdotada” (29).
“Me desagradó la anatomía varonil pero aun así al verlo deduje las atrocidades que pudieran surgir de un encontronazo del miembro con una cotorra”(30).

Sus fetiches

Algunos temas fetiches de Venturini parecen ser la poética de Arthur Rimbaud porque en sus novelas hace referencia siempre a ellos y los transcribe a modo de recordatorio.
Otra cuestión que siempre menciona en sus novelas es a Ariadna y a su hilo (31) : “Es Ariadna suicidada, a causa de la traición de su amado Teseo, que luego de exterminar al Minitauro, que dormitaba en la rivera de un mar, siguiendo la huella que le marcara el hilo de Ariadna, se ha casado con otra…Qué decepción! Pobrecita…” (32)

La escritura de Venturni es sagaz, lúcida y desopilante. Adentrarse en sus libros es pispear su cosmovisión del mundo.  ¡Binvenides!

Bibliografía

Notas

(1) Entrevista con Natu Poblet en su programa de radio: Leer es un placer……………………………..

(2) VENTURNI, Aurora, El marido de mi madrastra, Editorial Literatura Mondadori, Buenos Aires, 2012.

(3) ‘Las primas’, en 2007 recibió el Premio de Nueva Novela Página/12. En diciembre de 2010 la edición española de esta obra (publicada por Caballo de Troya) fue votada como el mejor libro en español editado en España durante el año 2009, recibiendo el II Premio Otras Voces, Otros Ámbitos.

(4) Beatriz Portinari: idealizada por Dante Alighieri en la Divina Comedia. Una versión menciona que Dante la conoció cuando ella era una niña de nueve años y no volvió a verla hasta nueve años después. Existe otra versión en la que el poeta sólo la habría visto una vez y ni siquiera habría hablado con ella. Otras fuentes de la historia refieren que la inventó por completo. Sin embargo, Dante nunca proporciona en sus escritos indicaciones respecto a la identidad de este personaje, quien es sobre todo simbólico.

(5) Dante Alighieri: (1265 - 1321), poeta italiano. Conocido por escribir la Divina comedia, una de las obras fundamentales de la transición del pensamiento medieval al renacentista y una de las cumbres de la literatura universal.

(6) VENTURNI, Aurora, Las primas, Editorial Literatura Mondadori, Buenos Aires, 2009, p. 12.

(7) VENTURINI, Aurora, Las primas, Buenos Aires, Literatura Mondadori, 2011, página 18.

(8) Ibíd., página 75.

(9) Ibíd., página 54.

(10) Ibíd., página 53 y 54.

(11) VENTURINI, Aurora, Las primas, Buenos Aires, Literatura Mondadori, 2011, página 27.

(12) Ibíd., página 104.

(13) Ibíd., página 34.

(14) Ibíd., página 39.

(15) VENTURINI, Aurora, Las primas, Buenos Aires, Literatura Mondadori, 2011, página 168.

(16) Ibíd., página 140 y página 141.

(17) VENTURINI, Aurora, Las primas, Buenos Aires, Literatura Mondadori, 2011, página 156.

(18) Ibíd., página 69.

(19) VENTURINI, Aurora, Las primas, Buenos Aires, Literatura Mondadori, 2011, página 27.

(20) VENTURNI, Aurora, Nosotros, los Caserta, Editorial Literatura Mondadori, Buenos Aires, 2009.

(21) VENTURNI, Aurora, Nosotros, los Caserta, Editorial Literatura Mondadori, Buenos Aires, 2009, p. 13.

(22) VENTURNI, Aurora, Las primas, Editorial Literatura Mondadori, Buenos Aires, 2009, p. 39.

(23) VENTURNI, Aurora, Nosotros, los Caserta, Editorial Literatura Mondadori, Buenos Aires, 2009, p. 19.

(24) VENTURNI, Aurora, Nosotros, los Caserta, Editorial Literatura Mondadori, Buenos Aires, 2009, p. 22.

(25) Cataplasma: Persona enfermiza o achacosa que se queja en exceso.

(26) VENTURNI, Aurora, Nosotros, los Caserta, Editorial Literatura Mondadori, Buenos Aires, 2009, p. 16.

(27) VENTURNI, Aurora, Las primas, Editorial Literatura Mondadori, Buenos Aires, 2009, p. 21.

(28) www.cinemargentino.com, Videoteca de Cine Argentino. Aurora Venturini-Beatriz Portinari, Documental 2013 de Agustina Massa y Fernando Krapp.

(29) VENTURNI, Aurora, Nosotros, los Caserta, Editorial Literatura Mondadori, Buenos Aires, 2009, p. 40.

(30) VENTURINI, Aurora, Las Amigas, Editorial Tusquets, Buenos Aires, 2020, p. 152.

(31) Hace uso de ese mito en la p. 172 de su libro ‘Nosotros, los Caserta’ y en la p. 41 de su libro ‘Los rieles’. Y también hemos mencionado que es el nombre que elije para su araña mascota.

(32) VENTURNI, Aurora, Los rieles, Editorial Literatura Mondadori, Buenos Aires, 2013, p. 41.

 

 

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