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Número 10 - Noviembre 2008
..y en el comienzo era la oscuridad..
Mónica Beatriz Peisajovich

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La madre llega a la consulta con su hijo Raúl. Viene, dice, por el cuarto tratamiento. Refiere que decidió cambiarlo de escuela y que el Gabinete Psicopedagógico de la institución la citó a una entrevista con ambos, y que le informaron que aceptaban al niño bajo condición de que comenzara un tratamiento psicológico, fundando tal condición en los resultados obtenidos por Raúl en su Boletín de Calificaciones y en el Dibujo de la Familia que se le pidió que haga. La imagen muestra a Raúl junto a su madre: se ha dibujado sacando la lengua. La madre dice interpretar ello como una burla a quien lo mira.

La madre también aduce, con cierta timidez, que consulta porque alguien le dijo sobre el ADD de su hijo. Considero pertinente tranquilizarla planteándole que ningún dato proporcionado hasta el momento indicaría tal diagnóstico. Y recomiendo la urgencia de contener rápidamente a Raúl, tanto como proceder a la evaluación correcta de su síntoma y ubicar a cada uno.

Raúl tiene 9 años. Vive con su madre en casa de los abuelos maternos, padecientes uno de la enfermedad de Alzheimer y el otro de depresión crónica. Sus padres se separaron a sus dos años de edad, cuando la madre se enteró que el padre era adicto a drogas.

Primera Entrevista con Raúl

Pido un dibujo a Raúl. Mientras lo hace observo que se come mucho las uñas. Pienso en esas partes duras del cuerpo que deben ser arrancadas por él…¿qué de la consistencia en los extremos de su contorno falló?... ¿qué no pudo concluir y él debe arrancar como forma de hacer signo visible en su cuerpo ante los ojos de Otro que le hiciera significación? ¿qué arranca del Otro en él mismo?

Raúl relata que éste es su tercer Tratamiento. (Recuerdo que la madre dijo que era el cuarto). Que el primero fue a sus siete u ocho años y duró dos o tres meses. Que lo hizo porque sentía nervios en las pruebas y miedo a que le fuera mal.

Que el segundo Tratamiento fue el año en curso, porque tenía pesadillas que aún no terminaron… Y que por eso él pidió a su mamá comenzar un tratamiento. Raúl refería esto mientras mantenía las manos cerradas con forma de puño: decía: "para que me vaya más bien en la Escuela, para estar más tranquilo, para cambiar algunas cosas: no ser atolondrado..., me impaciento…en casa estoy aburrido cuando no estoy haciendo nada." La pacificación es función de la inhibición.

Dice que anoche tuvo otra pesadilla:

Estaba en su habitación y del ropero salían unos monstruos que lo sacuden y lo quieren atacar…dice que le hacen mal y se ahoga en el sueño.

 

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Cuando Raúl era pequeño, pedía que su madre dejara la luz encendida para conciliar el sueño…tenía miedo a la oscuridad…¿Nadie se dio cuenta de ello? Podemos pensar esa oscuridad como la falta de corte en el intervalo entre el S1 y el S2, falta de escansión entre ambos significantes, es decir, como una holofrase entre ambos significantes sin llegar a hablar de una estructura psicótica.

¿Qué de la relación al objeto está aquí en juego?

Lacan responde a esta pregunta diciendo que el objeto se presenta de entrada en una búsqueda del objeto perdido, el objeto es siempre el objeto vuelto a encontrar perdido. Dicho encuentro es con lo real, de reciprocidad imaginaria. La identificación con el objeto está en el fondo de toda relación con él. Al objeto primero, objeto materno se lo rememora sin modificación, de manera que la marca del estilo de ese objeto primero seguirá en el objeto.

La dialéctica de un análisis irá en torno de un objeto mayor, el falo.

Lacan se aleja de Balint en cuanto a la formulación que sostiene la relación en función al signo, para hacer su propia conceptualización en torno al significante.

El niño se identifica con una imagen investida desde el exterior, proveniente del ideal del yo de la madre, marcada por el intercambio simbólico, categorizada por el lenguaje.

"El Otro como metáfora del rasgo unario, lugar de todos los unos que se suceden, cuya metonimia es el sujeto mismo…", al decir de Lacan.

El Otro está representado por la Madre como lugarteniente, sede del lenguaje que ofrecerá al niño para proporcionarle acceso a la vocalización, al fonema… El fonema acoplado a otro fonema es el significante con la posibilidad de Nombrar, simbolizar y salir de la oscuridad de dicha relación. Así, aunque recordemos, el lenguaje siempre va a estar anudado a lo real.

El sujeto, a partir de la imagen en el espejo, es el sujeto de la demanda; el sujeto que pide y ¿qué quiere?, ¿qué quiere el Otro?, ¿qué me quiere?, ¿qué quieren que quiera para que desde allí quiera?

A través de esta imagen el niño quedará capturado en el deseo de la madre (-fi), origen de la angustia y de la fobia.

El sujeto se constituye por la falta-en-ser, lugar metafórico del Padre, soporte de la fobia de Juanito, motivo de consulta de tantos niños que padecen alguna fobia ( a partir del A, relación de reciprocidad imaginaria). El problema de Juanito como el de Raúl, no es alejarse de la madre, sino que tal vez, siempre tenga que volver a ella.

 

En otra sesión Raúl trae un juguete. Veo que es una arañita negra. La saca para jugar él solo, para manipularla hasta que ve que lo veo y le pregunto qué es, para qué tiene esa arañita con él. Dice que no se llama arañita, que se llama Martita, diminutivo con el que llaman a su mamá en cada uno de sus trabajos… Le agradezco haberla traído para mostrármela.

Raúl trajo su objeto fobígeno para que yo lo viera y creara otra mirada, una mirada con corte, corte y empalme…

Martita y Martín (su segundo nombre) son homofónicos, excepto en la "n" que cae y su mamá no respeta el NO: Raúl tomó pecho hasta los dos años y tres meses.

Y no es que nos volvimos kleinianos ni representantes de no sé qué teoría: es que el pecho materno cobra valor en la cesión del don (recordemos la estructura del vel:  y – o  (conjunción – disyunción), pero también mayor – menor) y en la función de cort e para el niño y para la madre (siempre y cuando la Ley haya operado en ella, desde ella). Esto no ha sido logrado efectivamente en la madre, primer acceso a lo que no vio en su hijo, y que reapareció luego en forma de síntoma. Los objetos a son representantes de esto que se pierde.

Le pregunto si la idea es llevarla a la Escuela para asustar a sus compañeras (dado que es muy parecida a una araña real), y frente a su afirmación, le pido que "me  deje a Martita, yo la cuidaré hasta la próxima sesión". Era mi propuesta de domesticar a la mamá, como quizás intentó el Principito domesticar al zorro, cuando se ofrecía como objeto frente al salvajismo de la indefensión, metafóricamente comparada.

Los objetos fobígenos nombran una precariedad, siempre indican al significante fálico, porque es el significante de la falta…¿de quién?: de la falta del A, ese Otro materno, tesoro de los significantes, precariedad del Padre Real también.  La fobia a la oscuridad sufrió un desplazamiento a la araña. Él es portador del objeto fobígeno. La oscuridad es el antecedente de la araña, aparece desplazado años más tarde. Esta aparece en el medio de ser el falo. El objeto fóbico viene a cumplir su función sobre el fondo de la angustia.

Si seguimos a Daniel Paola nos dice que: "La significación es una especie de distracción sobre el fenómeno de la "necesidad", sino fuera así, estaríamos a perpetuidad sin conceptualizar entre lo externo y lo interno, a merced sólo del estímulo. Si todo real es supuesto, es un efecto a posteriori y no está adherido a lo real como caos. Ese realsaber  expresa un tiempo donde la pulsión es primordial y no se ha producido su recorrido. En un análisis establecemos la separación entre real y saber porque esta adherencia resta siempre en la raíz del síntoma. " En el dibujo citado precedentemente, Raúl junto a su madre, establece esta adherencia ubicándose él en el lugar del padre junto a la madre, en clara actitud de burla frente a la mirada de quien lo solicitó, el Gabinete Psicopedagógico de la Escuela a la que iría a ingresar, lugar de la Ley que no ha operado adecuadamente en él, función del Padre Simbólico, aquel con el cual no hay forma de ganar, y que es el Nombre del Padre.

Raúl dibujó en su lugar la "burla" según interpretación de la madre. Lo cual concuerda con la figura de su verdadero padre, del cual fue separado a los dos años de Raúl por su adicción a drogas. El padre de Raúl no se ha hecho presente a mis pedidos de entrevista. Aún, por el contrario en tales ocasiones, esperó a su hijo sentado en un umbral en la vereda frente al consultorio, sin tampoco avisar de su ausencia. Es de hacer notar que también las siguientes parejas de la madre que Raúl conoció, eran adictos a drogas.

 

Actualmente Martita permanece en mi escritorio. La adorné con una pulserita mía que cumple la función de collar, con piedritas de colores y un anillo, para que otros pacientes, niños también, no salgan aterrorizados del consultorio por verla, ya que representa los genitales femeninos en crudo. Y esto no es sin consecuencias. Los adornos de Martita operan como velo y permiten desplazar el objeto fóbico, el cual, ya velado, ya adornado,  es el objeto de deseo materno.

Raúl pudo hacer el corrimiento del lugar de objeto-recubrimiento de la falta de la madre, para pasar a ser un sujeto, que al menos puede quedarse solo en su casa sin miedo a ser devorado por la oscuridad, sin miedo a perder de vista a su madre, sin miedo a perderla…

La cuestión de la fobia, se centraría entonces en delinear el objeto, especificar el contorno de ese objeto de estatuto imaginario a nivel de frustración, nivel real para el sujeto, antecedente de la angustia. La frustración ocupa un lugar central en la tabla, lo cual no significa que no pueda terminar desestabilizando por completo la estructura del sujeto o produciendo a futuro una ruptura fantasmática; es pre-edípica, por lo tanto es preparatorio, base y fundamento del Complejo de Edipo.

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   Agente                              Falta de Objeto                         Objeto

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    Padre real                         Castración                                  imaginario

                                            Deuda Simbólica

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   Madre simbólica               Frustración                                 real

                                             Daño Imaginario

Padre imaginario                Privación                                   simbólico

                                             Agujero Real

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La fobia al animal es una proyección de un punto de detención de lo imaginario, de coagulación a una hemorragia en lo imaginario, tributo que el niño paga al Otro por pertenecer al orden de lo Simbólico, como si fuese lo Imaginario marcado por la dimensión del agujero enlazado a un Real que no cesa de recordarle su ex-sistencia, anillo simbólico que cuelga en una cadena chirriante de exceso del Goce del Otro.

La angustia es lo que no engaña en el momento en que se hiende y se abre sobre su fondo (Seminario X). En dicha situación traumática, el sujeto cede a la situación. Dicho carácter de "objeto cesible" es uno de los caracteres del "a" y marca a todas las formas del objeto a. " Los puntos de fijación de la libido se hallan siempre alrededor de alguno de esos momentos que la naturaleza ofrece a esa estructura eventual de cesión subjetiva", dice Lacan en el Seminario X, clase 24.

El primer momento de la angustia, en torno al trauma del nacimiento, el destete, no se refiere tanto a una necesidad como a una cesión del niño a ese pecho del que ES como parte de sí mismo, objeto de soporte de lo que en otro registro fue percibido / llamado como derelicción ( inaptitud, indefensión), y del cual el ser viviente quedará a expensas de lo que perdió en función de la falta establecida para ese objeto. Este objeto es "reemplazable", de intercambio. Nuestra cultura se ha encargado de ello con la mamadera, es decir, ponemos al "a" en reserva, en stock, lo llevamos en el bolso de mano, lo conservamos en la heladera, pedimos que lo entibien en un microondas cuando salimos de paseo, con el bebé y el "a" portable. La evocación de esa cesión del objeto cesible la encontramos representada en el Objeto Transicional Winnicottiano, no hay investimiento del a, hay investidura.

La voz pertenece a la colección de lo objetos cesibles, cual libros ordenados en un estante, metaforiza Lacan. Vemos su coyuntura con la angustia: imagen especular, imagen del cuerpo en estado separado, en estado cesible bajo la forma de fotografías, dibujos…Es muy probable que Raúl haya escuchado a su padre durante el acto sexual, no así a su mamá, lo cual hubiera instalado en él el fantasma de una mujer (en su madre) que place y siente placer (Construcción freudiana armada en función del relato de Raúl y del sueño consignado en el principio). Al no escuchar la escisión Madre-Mujer, el significante Madre en Mar-tita cobra la significación de la inconmensurabilidad de la vagina representado en la araña, que con esa gran cantidad de patas lo lleva todo para sí, largando líquido por ellas mientras teje su red, líquido que ciega al que lo vé.

Freud relata una escena donde un niño en la oscuridad, le dice a su tía:

-" Tía hablame, tengo miedo."

- "¿Pero de qué te sirve? si no puedes verme - pregunta la tía."

- "Hay más luz cuando alguien habla -  responde el niño".

Es en su función más natural del objeto cesible que el objeto anal interviene en la función del deseo como causa, constituido sobre la función de la falta.

Ese objeto fóbico cobra la tonalidad de una infinitud, eterna repetición de una mismidad que se sucede sin posibilidad de intervalo, lesionado, dañado en su constitución (real) que producirá a futuro exigencias desenfrenadas, sin ley.

Lacan plantea que la fobia constituye una Llamada de Socorro, llamada a la Ley en la Madre y al Padre en dicha función. La llamada de un elemento singular, extremadamente simbólico y extremadamente imaginario. Lacan se aleja de Freud al poner el acento en el objeto y no en la relación con el objeto (no hay armonía preestablecida entre objeto y tendencia).

La llamada al objeto materno (el pecho) se produce en ausencia. En presencia se rechaza en el mismo registro que la llamada, o sea mediante una vocalización. La escansión de la llamada es un esbozo de orden simbólico.

Objeto real (pecho)

                                            +          escansión                        I

                                                         marcas / huellas

                                                               R – S

 

La relación entre el objeto real, la escansión, las marcas o huellas que deja, es lo que permite conectar R + S.

La frustración no es privación, se refiere a la dimensión de la espera. Algo de lo que uno se ve privado por alguien que precisamente no podrá esperar lo que le pide.

La verdadera importancia que el objeto sea frustrado o no, radica en la dialéctica que sitúa la legalidad y la gratitud, la cesibilidad, como condición necesaria para el establecimiento de un orden simbolizado en lo real.

 El placer de ser tomado como objeto en aquel momento o la pasividad de ese antaño, retorna erótica en la entrega como objeto en la pubertad tansformando pasivo en activo a través de la seducción.

Raúl, cada vez, asiste a la consulta acompañado por su madre. Ella lo deja y se va a trabajar. Cuando termine la sesión, él tendría que ir solo a la escuela, y desplazarse las seis cuadras que median con el consultorio. Le planteo ello a la madre y que Raúl tiene miedo. Ella niega y responde que "él no tiene miedo"…. Ni que lo tuvo a la oscuridad. Tampoco la ley operó sobre la madre, "no vio"…

Lo acompaño cada vez. Algunos días me pide que lo deje faltando algunas cuadras…otras me pide que lo acompañe hasta la puerta de la Escuela.

Actualmente vive con la madre y su actual pareja. Trae dinero. Al pasar por un kiosco camino a la Escuela, me pide lo acompañe a comprar golosinas. Me obsequia una: un chicle recubierto con caramelo con un sticker para adherir a algún lugar de mis pertenencias. Lo guardo cada vez…vamos comiendo juntos, chicle, haciendo globos por la calle, mientras aprendemos a cruzar…mientras construimos un nuevo " a", juntos…

Bibliografía Consultada:

J.Lacan: Seminario IV – "La Relación de Objeto". Edit. Paidós.

J.Lacan: Seminario IX – "La Identificación", Clase 7. Traducción de la E.F.B.A.

J.Lacan: Seminario X - "La Angustia", Clase 24 .- Traducción de la E.F.B.A.

D.Paola: Erradamente la Pulsión, Edic HomoSapiens.-

Winnicott: Realidad y Juego, Ediciones Gedisa.

M.B.Peisajovich: "Más Acá o Más Allá de Un Padre", en Reunión Lacanoamericana de Psicoanálisis, Montevideo, Uruguay 2007-

Agradecimientos:

Mónica Beatriz Peisajovich

Buenos Aires, 04 de Agosto de 2008.-

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