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Número 5 - Junio 2002
Presentación de la sección
"Intervenciones en psicoanálisis con niños"
Diego Soubiate

La presente sección iba, en principio, a llamarse cuestiones clínicas, puesto que todos los escritos compartían la característica de trabajar materiales clínicos. Luego tomó el definitivo nombre de intervenciones en psicoanálisis con niños. Esto demuestra que no es posible pensar la clínica sin pensar en la práctica, en las intervenciones, que son el aquí y el ahora donde se juegan las problemáticas de los pacientes, pero que tampoco es posible intervenir en la práctica sin una teoría y una técnica que sustente la intervención. Todo lo aprendido, estudiado, supervisado y revisado en el análisis personal de ese analista, se pone en juego en el encuentro "tête à tête" con el inconsciente del analizante. He aquí la importancia de la cuestión de las intervenciones: en ellas se corporiza la formación del analista, su posición ética, su escucha y la posibilidad de liberar a través de ellas, a sus pacientes del sufrimiento emocional.

Recomiendo, para quienes son ordenados y obsesivos, y quieren hacer una lectura de abordaje directo de la problemática de las intervenciones, comenzar por el artículo de Mirtha Benítez "Las intervenciones en el análisis con niños, que es el escrito que mejor resume las cuestiones que causaron el armado de esta sección, así como el artículo de Paula Levisman "Entrevista preliminar. Etica y posicion del analista", hace un recorrido claro y conciso de lo que aquí introdujimos

La cuestión de las intervenciones es algo que me viene interrogando desde mis inicios en la práctica del psicoanálisis, como creo que a cualquier analista novel o en formación. Una primera cuestión tiene que ver con lo mencionado anteriormente, que podríamos resumirlo en un término que venimos comentando con Ariel Pernicone y otros colegas y lo podemos llamar posición en la escucha : Es la forma singular en la que un analista escucha el discurso del paciente. (Un ejemplo de esto es cuando Françoise Dolto le dice a Dominique: "Yo no sé nada de antemano, pero tú me dices cosas con tus palabras y yo escucho con todas mis ganas; eres tú el que sabes lo que te ha sucedido, no yo. Pero juntos podremos quizá comprender") es esa escucha particular que nos permite a los analistas dar importancia al plano del enunciado como al de la enunciación y que tiene que ver no solamente con el seguimiento de ciertos significantes que recurren en el material, sino de cómo están armadas las frases, del tono de voz, la postura corporal, la apariencia, la ubicación en determinado lugar del consultorio, etc.

Para ver esta cuestión les recomiendo el artículo de Raquel Gerber "Detrás de la puerta", en donde podemos apreciar cómo la analista va ofreciendo "otra escucha " a la manera en que los padres venían viendo y escuchando a ese niño lo cual produce efectos. Esta escucha es una escucha atenta, sutil, aguda y en algún punto inconciente. Pues es el propio inconciente del analista su instrumento de trabajo. Si ese instrumento no está afinado, es difícil hacer música con el paciente, es decir, si ese analista no ha transitado algunas cuestiones en su análisis, no puede valerse de su principal herramienta para trabajar, y su inconciente es su peor obstáculo . Esto en la clínica con niños se nota con lente de aumento, sobre todo en el trabajo con los padres, en donde continuamente se reeditan situaciones de dependencia y sujeción respecto de un Otro. Vemos cómo aquí se toca otro tópico de la cuestión de las intervenciones, que es el análisis personal del analista el que permitirá intervenir eficazmente.

La eficacia no solo tiene que ver con lo acertado del texto de la intervención, sino con lo adecuado del timing en que esa intervención se hace. Es muy importante no solamente entonces el qué se dice sino el cuando se lo dice y el cómo se lo dice.

Otra cuestión importante, yendo ahora a la especificidad del análisis con niños a diferencia de la practica con adultos, es que la intervención puede ser estructurante, en un psiquismo en constitución. Mi artículo "Momentos instituyentes..." y el de Elisabeth Milharcic "¿Este es un niño psicótico?" abordan esta temática y pueden ser utilizados para reavivar la polémica si existe o no el psicoanálisis con niños (polémica sustentada en la pregunta respecto de si es lícito llamar psicoanálisis a una intervención psicoanalítica en un sujeto que no ha atravesado la pubertad, asumido una posición definida frente a la sexualidad ni frente al la castración). También muestran los distintos tipos de intervenciones posibles no solamente en el sentido que otras herramientas tenemos a disposición además de la interpretación. En mi artículo, planteo puntualmente, además, otra cuestión de mi interés: de donde provienen las intervenciones que nosotros hacemos en función de analistas, sobre todo aquellas en las que pareciera, aparentemente, que no sabemos por qué las hemos hecho o si son pertinentes o no, por lo sorpresivas o por lo intensas que puedan ser. Mi compañera Mirtha Benítez, como ya mencioné, hace un recorrido exhaustivo entrecruzando la pregunta por las intervenciones y la constitución subjetiva. ubicamos las construcciones, las discriminaciones, las aclaraciones, las puntuaciones, los cortes, las intervenciones en acto, etc. como posibilidades de intervenir, sino que muestran otra especificidad del psicoanálisis con niños: el trabajo con los padres. Otra pregunta típica de un analista en formación: ¿Trabajar con los padres, con el niño, con la familia? ¿Hacia quien dirigir la intervención y sobre quién va a producir efectos?

El artículo de Raquel Gerber también aborda esta temática, así como el de Mª de las Victorias Rosales ("Hacerse un nombre"), permitiéndonos pensar lo transferencial, como otra de las especificidades del psicoanálisis con niños: La transferencia de un niño con su analista está atravesada por la transferencia que los padres establecen con ese analista (recuerden que Freud habla en el caso Juanito que la transferencia natural de un niño es a los padres). En ese sentido es necesario pensar qué lugar ocupamos para ese niño como también para cada uno de los padres en la transferencia, es decir, que se nos está transfiriendo y a quién representamos, para saber cómo y cuando intervenir.

En el artículo de Clelia Conde ("Los síntomas en lectoescritura") todas estas cuestiones surgen a partir de replantear la problemática de la lecto-escritura, los trastornos escolares y el polémico diagnóstico de ADD, tan en boga hoy día, frente al cual el psicoanálisis tiene mucho para decir.

Además de materiales clínicos, todos los trabajos abordan de alguna manera u otra, el tema de la posición ética del analista, es decir, su compromiso frente al deseo del analizante, otra de las aristas de la problemática de la intervención. Mi posición es que una intervención debe ser sobre todo ética con el objetivo de disminuir el sufrimiento del paciente, dentro del marco de la teoría psicoanalítica. No abundaré más en esta cuestión ya que es desarrollada en todos los escritos.

Espero que esta sección sea de su interés, los artículos son de un nivel y un compromiso ético por parte de sus autores, excelentes. Los invito a compartirlos.

Un afectuoso saludo

DIEGO SOUBIATE

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