Volver a la página principal
Número 4 Agosto 2001
"Feos, sucios y malos ..."
(Una posible reflexión sobre la problemática de la segregación)
Mabel R. Cardozo

"Quiero pues, que sepas, antes de seguir adelante,
que estos no pecaron, y si contrajeron en su vida
algunos méritos, no es bastante, pues no recibieron
el agua del bautismo, que es la puerta de la fe
que forma tu creencia.

Y si vivieron antes del cristianismo, no adoraron
a Dios como debían. Yo también soy uno de ellos.

Por tal falta, y no por otra culpa, estamos
condenados, consistiendo nuestra pena en
vivir con el Deseo sin Esperanza..."

(Dante Alighieri. La Divina Comedia.
El Infierno. Canto IV).

El pretexto: trabajar en los Clásicos de la Literatura o el Arte, siempre vigentes, como lo debería ser (en tanto no-olvido), la Defensa de los Derechos Humanos, haciendo un modesto aporte para la protección de los mismos, los que permanentemente están siendo violados.

El contexto: las obras de Víctor Hugo; en Francia; los diferentes momentos históricos de sus novelas; en la realidad socio-política de la época, articulándola con los avatares de la sociedad en la Argentina y reflexionando sobre el comportamiento humano a la luz de la teoría psicoanalítica.

He aquí el texto:

La Revolución Francesa marca, en la historia de la humanidad, un hito que separa el poder feudal de la modernidad.

En el presente trabajo desarrollaré, como dije al comienzo, algunas reflexiones sobre aspectos de la realidad social y política de la Francia de 1482 y de 1739 a 1833, descrita en tres obras con caracteres de novelas históricas, de la escuela romántica, que posiblemente sean las más conocidas de Víctor Hugo. Me refiero a Nuestra Señora de París, Los Miserables y El último día de un condenado.

La primera fue escrita entre 1830 y 1831, y se divide en 11 Libros separados en cap ítulos. Los Miserables (cuyo título originario era ‘Las Miserias’), fue escrito en varias etapas que van desde 1845 a 1848 y 1860 a 1862, dividida en cinco ‘partes’ y cada parte en ‘libros’. Tomaré los libros referidos a Jean Valjean y Fantine.

Nuestra Señora de París, es una novela histórica que básicamente es una historia de amor, llevada a la pantalla hollywoodense, y por supuesto con modificaciones que la hicieran comercial. La historia de Jean Valjean, también fue llevada a la pantalla grande y esta no pudo describir tanto barroquismo, porque la pluma de Hugo no escamotea detalles a la hora de pasar los acontecimientos al papel.

En cuanto a El último día de un condenado desconozco si se plasmó en el celuloide o se exhibió sobre las tablas, fue escrita hace 173 años, y posiblemente sea unos de los alegatos más importantes en contra de la pena de muerte, describe el sufrimiento de un hombre a pocas horas de morir en la guillotina, el modo en que es paseado por las calles en una carreta sometido al escarnio del pueblo. "El libro es publicado sin su firma y deben pasar tres años antes de que lo reconozca como propio y le incorpore un prólogo cuyo valor, acaso es superior a la propia novela"2.

Respecto de la posición política del autor, simplemente puntuaré algunos datos. Era partidario de la monarquía con características aburguesadas y pseudo-republicanas de 1830, año en que la Revolución Anticlerical del 28 de Julio, depuso a la rama progenitora de los Borbones y corona el 6 de agosto a Luis Felipe. Víctor Hugo si bien era sensible al sufrimiento humano, su posición política era un tanto ambigua y no muy clara.

Monárquico y católico, Hugo recordaba con gratitud la protección que le habían brindado los Borbones al comienzo de su carrera. Sin embargo, sus simpatías comenzaron a desmoronarse con el tiempo: ‘mis viejas convicciones, mis ideas realistas y católicas se han hecho pedazos, fragmento tras fragmento, durante los últimos diez años, bajo los repetidos embates de la edad y la experiencia’. -En 1832 sus ideas han cambiado radicalmente: ‘Algún día tendremos una república, y cuando llegue será buena’, -relata Sergio Bufano, en la Introducción de El último día de un condenado.

Y prosigue Bufano: "En esa mirada favorable hacia Hugo pesaban sin duda las posiciones públicas referidas a la abolición de la pena de muerte y a la defensa de los presos que habían sido condenados a la guillotina. Propugnaba, además el sufragio universal, la instrucción gratuita y era un decidido defensor de la paz internacional. No obstante, rechazaba a la izquierda que abogaba por la abolición de la propiedad privada y por métodos más drásticos de luchas sociales. Dentro de posturas muy progresistas para la época, mantenía su independencia frente a los grupos más radicalizados"3.

Al leer esta tres obras, me pareció que en algunos aspectos tenían cuestiones comunes y por lo tanto comenzaron las preguntas: ¿por qué a pesar de que los momentos donde transcurren las historias, con un intervalo de 348 años entre una y otra, las problemáticas de marginalidad y exclusión, como la violación de los derechos de las personas son las mismas?. Después de transcurridos tantos siglos, ¿la historia se repite, y siguen reeditándose los Quasimodos, las Esmeraldas, las Fantine, los Valjean, o los condenados a muerte?. ¿Qué origina el odio y la violencia entre personas de una misma comunidad? ¿Qué tiene para decir el Psicoanálisis, sobre los sistemas excluyentes y de un orden social injusto?.

Más allá de que los personajes sean ficticios, me parece no exagerar, que quizás tengamos a uno de ellos sentado a nuestro lado.

Dijimos que El último día de un condenado es un alegato contra la pena de muerte. En una parte del Prólogo Víctor Hugo explica por qué muchas veces un hombre se ve obligado a delinquir, ejemplificado por un salteador de caminos: "... a propósito de uno de esos miserables a los que apenas miráis cuando pasan cerca de vosotros en la calle, a los que no habláis y el sucio codeo con los cuales evitáis instintivamente; uno de esos desdichados cuya infancia andrajosa corrió descalza por el lodo de las encrucijadas, tiritando en invierno en la orilla de los muelles, calentándose en el tragaluz de las cocinas del señor Véfour, en cuya casa coméis, desenterrando aquí y allá una corteza de pan en el tacho de basura y limpiándolo antes de comerlo, escarbando durante todo el día el arroyo con un clavo para encontrar una moneda de cobre, sin más diversión que el espectáculo gratuito de la fiesta del Rey y las ejecuciones en la Grève, ese otro espectáculo gratuito; uno de esos pobres diablos los que el hambre impulsa al robo y el robo a todo lo demás; uno de esos hijos desheredados de una sociedad madrastra a los que la casa de corrección acoge a los doce años, la cárcel a los dieciocho, y el patíbulo a los cuarenta; uno de esos infortunados a los que con una escuela y un taller habríais podido hacer buenos, morales y útiles y con los que no sabéis qué hacer y arrojáis, como un fardo inútil, ora el rojo hormiguero de Tolón, ora en el encierro silencioso de Clamart, cercenándoles la vida después de haberles robado la libertad..." 4.

Me pareció que debía transcribir este párrafo textual de Hugo, porque describe crudamente la sociedad francesa, pero... ¡cuánta impresión nos causa porque sabemos que esto está pasando en nuestro país hoy!. Si bien no está la guillotina de hierro, tenemos la guillotina del hambre, de la recesión, del sistema perverso, y a nosotros también se nos dio a ver el espectáculo gratuito de la fiesta del Rey durante los diez años de gobierno menemista y hace dos días con la fiesta de la hija de nuestro super ministro de economía en el Alvear Palace Hotel, y de todos los políticos que se enriquecieron a costa del hambre de nuestro pueblo.

Y bien dice Víctor Hugo en otro párrafo: "... en las crisis sociales, de todos los cadalsos es el cadalso político el más abominable, el más funesto, el más venenoso, el que más se necesita extirpar" 5.

"Notre Dame de Paris", catedral gótica, construida entre el siglo XII y el siglo XIII en la isla de La Cité, fue testigo mudo de los más diversos acontecimientos de Francia, desde las muertes en el cadalso hasta la coronación de Napoleón.

Durante los ‘saturnales’ (orgía anual de la Curia y la Escuela), el día de San Juan, la sociedad parisina se divertía eligiendo al ‘papa de los locos’ y se mezclaban, ladrones, prostitutas, profesores, estudiantes, pordioseros y clérigos, en la plaza frente a la catedral gótica de Nuestra Señora. El ‘Siglo XX, Cambalache’ de Discepolín donde conviven la Biblia y el calefón ya se estilaba a fines de la Edad Media.

Quasimodo fue elegido papa, porque su aspecto era un plus, pero de deformidad. Lo notable es que el cine muestra una historia de amor con final feliz, cuando en realidad a Esmeralda la ahorcan por ser gitana y acusada de hechicera.

Pero veamos como llega Quasimodo a Notre Dame.

El Domingo de Cuasimodo es el primer domingo después de Pascua. El Arcediano Dom Claudio Frollo, "el día de Cuasimodo, al volver de decir la misa de los perezosos, en el altar de éstos -que estaba al lado de la puerta del coro que daba a la nave, a la derecha cerca de la imagen de la Virgen-, llamó su atención el grupo de ancianas que hablaban alrededor de la armazón de cama para depositar niños expósitos.
Entonces se aproximó a la infeliz criatura tan odiada y amenazada. Aquella miseria, aquella deformidad, aquel abandono, el recuerdo de su hermano, el pensamiento que le asaltó de que éste podría verse también abandonado si él muriese, todo esto lo sintió a la vez en su corazón y, llenó de compasión. Llevóse consigo al niño.
Cuando sacó al niño del saco, le encontró verdaderamente deforme. El pobre diablillo tenía una verruga en el ojo izquierdo, la cabeza hundida entre los hombros, combada la columna vertebral, el esternón saliente y las piernas torcidas" 6.

"Bautizó a su hijo adoptivo Quasimodo ya porque quisiese señalar el día en que le había hallado, ya por caracterizar con ese nombre hasta qué punto era la pobre criatura incompleta y apenas bosquejada. En efecto, Quasimodo, jorobado, tuerto, patizambo, no era más que un casi..." 7.

Tres siglos y medio después, París era escenario de revoluciones que proclamaban los Derechos Universales del Hombre, pero los Notables que formaban parte de las Asambleas no era el sector más humilde del pueblo, sino que este grupo de no(ta)bles pertenecían a la alta sociedad parisina.

A Quasimodo se le estaba prohibido desear a Esmeralda por ser deforme y porque quien vigilaba su vida (Dom Claudio) deseaba a la misma mujer. Lo que podemos inferir que se juegan cuestiones de poder dentro de lo que son las prácticas sexuales y hay una figura muy interesante que de alguna manera corrobora esto, en Los Anormales Michel Foucault describe al monstruo humano, es decir describe la anomalía (nomos: norma), como funciona en el siglo XIX (más allá que ya empieza a definirse a fines del siglo XVIII: "La primera de las figuras es la que llamaré el monstruo humano. El marco de referencia de éste, desde luego, es la ley. La noción de monstruo es esencialmente una noción jurídica –jurídica en el sentido amplio del término, claro está, porque lo que define al monstruo es el hecho de que, en su existencia misma y su forma, no sólo es violación de las leyes de la sociedad, sino también de las leyes de la naturaleza-. Es un doble registro, infracción a las leyes en su misma existencia. El campo de aparición del monstruo, por lo tanto, es un dominio al que puede calificarse de jurídico biológico. Por otra parte el monstruo aparece en este espacio como un fenómeno a la vez extremo y extremadamente raro. Es el límite, el punto de derrumbe de la ley y, al mismo tiempo la excepción que sólo se encuentra, precisamente, en casos extremos. El monstruo es lo que combina lo imposible y lo prohibido" 8.

Lo imposible en tanto imposible de ser dicho, lo innombrable, lo indecible, lo Real, y hasta podríamos pensar imposible de ser vistos, como los lugares de encierro. Real que está más allá de lo simbólico, aquello que está siempre en su lugar, está ahí y de él nada se puede decir. Mientras que en lo simbólico hay presencia-ausencia, en lo Real, no hay ausencia, hay omnipresencia, y por otro lado es el objeto de la angustia (por ese motivo a esos sujetos que están tras los muros muy poca gente los visita).

Y lo prohibido en tanto ley que prohibe el incesto, incesto que no daría lugar a la exogamia, incesto que impediría la conformación de la sociedad de todos los hombres y observen los que sigue diciendo Foucault, cuando dice que el monstruo contradice la ley: "En el fondo lo que suscita el monstruo, en el momento mismo en que viola la ley por su existencia no es la respuesta de la propia ley, sino algo muy distinto. Será la violencia, será la voluntad lisa y llana de supresión, o bien los cuidados médicos o la piedad.

El monstruo subvierte la norma, está en el lugar de la anomalía (a: sin, por fuera de...; nomos: norma, es decir sin norma). Los lugares de encierro, tales como psiquiátricos, hospicios de personas con deformidades físicas, con asistencia médica o religiosa, excluyen de la comunidad e incluyen tras los muros, verdaderos ghetos o lugares de depósito de personas que no se ajustan a las leyes del mercado o a la ley de la selva: donde debe sobrevivir el más apto. No olvidemos las imágenes del Instituto Montes de Oca, o del Borda, hacia donde las partidas de dinero nunca llegan, donde el personal asistencial y profesional es insuficiente, donde el abandono está en el lugar de la contención y del trato digno.

"...El monstruo es en cierto modo la f orma espontánea, la forma brutal, pero, por consiguiente la forma natural de la contranaturaleza. Es el modo en aumento, la forma desplegada por los juegos de la naturaleza misma en todas las pequeñas irregularidades posibles. Y en este sentido, podemos decir que el monstruo es el gran modelo de todas las pequeñas diferencias" 9. (Esto se ajusta al concepto freudiano "el narcisismo de las pequeñas diferencias" aplicado a la segregación).

Estos conceptos de Foucault los podemos articular con el personaje de Los Miserables, Jean Valjean, el que había robado un pedazo de pan y por ello había estado 19 años preso. Sigue Foucault: "Buscar cuál es el fondo de monstruosidad que hay detrás de las pequeñas anomalías, las pequeñas desviaciones, las pequeñas irregularidades: ese es el problema que vamos a encontrar a lo largo de todo el siglo XIX. Es la cuestión, por ejemplo, que planteará Lombroso cuando se vea ante delincuentes. ¿Cuál es el gran monstruo natural que se perfila detrás del ladrón de poca monta? Paradógicamente, el monstruo – pese a la posición límite que ocupa, aunque sea a la vez lo imposible y lo prohibido- es un principio de inteligibilidad. Y no obstante, ese principio de inteligibilidad es un principio verdaderamente tautológico, porque la propiedad del monstruo consiste precisamente en afirmarse como tal, explicar en sí mismo todas las desviaciones que pueden derivar de él, pero en sí mismo ininteligible. Por consiguiente, lo que vamos a encontrar en el fondo de los análisis de la anomalía es la inteligibilidad tautológica, el principio de explicación que no remite más que a sí mismo" 10. Recordemos lo que decíamos acerca de lo Real, de él no hay nada que decir porque se explica a sí mismo.

Otra de las figuras que describe Foucault es el individuo a corregir (recordemos los 19 años de encierro de Valjean), que es un individuo propio de los siglos XVII y XVIII (de la edad clásica), (recuerden el momento histórico de Los Miserables (1739 a 1833). A diferencia con el Monstruo es que este es la excepción en cambio el individuo a corregir es un fenómeno corriente y se desenvuelve en el ámbito de la familia, la escuela, el taller, la parroquia, la calle, la policía, etc.. El intento de corregir al incorregible, también está en el límite de la indecibilidad. Con este individuo fracasan todas las técnicas, porque se intenta corregir desde instituciones tales como los correccionales de menores de donde los niños y adolescentes salen peor de lo que entraron y de las correccionales de adultos (cárceles, loqueros, conventos, etc.), de donde la salud no es lo que proponen como objetivo a alcanzar para los internos. Por ello Hugo dice que Valjean ingresa al presidio, temblando y sale de él, sombrío.

El Derecho es un sistema que tiene valor de Ley y que establece lo que una persona o comunidad pueden o no pueden hacer. Ley que por otro lado, se supone justa, ya que trata a todos por igual, por lo tanto el trato debería ser igualitario, equitativo.

Por lo relatado hasta ahora podemos ver que esto no ha sido siempre así: no por lo menos en los momentos históricos en que se desarrollan las novelas. Lo que queda por preguntarnos es si después de haber pasado tanta agua bajo el puente, ¿las cosas están como entonces?, ¿ha habido cambios sustanciales o todavía se siguen violando esos derechos que deberían ser igualitarios?, y si ¿los derechos otorgados lo son a todos por igual, o de acuerdo a las necesidades de los sujetos de derecho?

Interesante es la descripción que efectúa M. Foucault, en Los anormales, el modo en que durante la Edad Media excluían a los leprosos: "... La exclusión de los leprosos era una práctica social, que implicaba en principio, una partición rigurosa, una puesta a distancia, una regla de no contacto entre un individuo (o grupo de individuos) y otro"11.

Se los expulsaba fuera de la ciudad y esta expulsión estaba acompañada de una especie de ceremonia fúnebre, durante la cual se los declaraba muertos, y sus bienes eran transmisibles (tipo juicio sucesorio), por lo tanto esta exclusión implicaba la descalificación jurídica y política. Y cuando a mediados del siglo XVII se inició la caza de los mendigos, los vagabundos, los ociosos, los libertinos, etc., es exactamente el mismo modelo que el de la expulsión de los leprosos. Podemos detectar esto en los personajes de Nuestra Señora de París, y por otro lado recordemos lo que hacía el Gral. Bussi en Tucumán, expulsando a los "indeseables" fuera de los límites de la provincia, o la persecución de los "morochitos" o los "pelos largos y con barba".

En oposición a la exclusión de los leprosos, modelo creado para purificar la comunidad, a fines del siglo XVII, comienzos del XVIII, se crea otro modelo basado en la problemática de la peste: la inclusión de los apestados. Las ciudades quedaban cercadas y de ellas no se podía salir. Los enfermos eran estrictamente vigilados por inspectores, ante quienes se debía dar cuenta quien había adquirido la enfermedad y quienes habían fallecido. Ya no se trata de exclusión, sino de inclusión, para ejercer el control sobre una comunidad, un control de tipo político, y por otro lado el pánico recorre las calles de la ciudad sitiada, donde desaparecen las garantías individuales, las identidades, es el momento del "sueño orgiástico" como lo denomina Foucault, "el sueño político de un poder exhaustivo" 12.

Vuelvo a recordar los momentos de la década del ’70, en las noches que regía el toque de queda o ley marcial, ciudades sitiadas por el poder, "un poder que no está ligado al desconocimiento sino, al contrario, a toda una serie de mecanismos que aseguran la formación, la inversión, la acumulación, el crecimiento del saber"13.

Remitiéndonos nuevamente a Nuestra Señora de París, si pensamos en el campanero Quasimodo, y a todos aquellos a quienes representa, muy posiblemente lo podríamos ubicar dentro de los dos modelos descritos: como ‘leproso’ por estar excluido (cuando a Quasimodo lo eligen ‘papa de los locos’, Dom Claudio, el arcediano, lo saca del saturnal y le ordena que vuelva al campanario) y como ‘apestado’ controlado y circunscripto a lo alto de la catedral. El otro personaje central de esta novela, es Esmeralda, quien es acusada de hechicera, pero lo notable es que la Inquisición a las brujas las condenaban a la hoguera, en cambio a Esmeralda la condenaron a la horca. En realidad la desdichada gitana fue condenada por su condición de gitana, por un lado y por otro porque el arcediano la deseaba poseer, y no tuvo mejor idea al ser rechazado, de acusarla ante el rey de hechicería, aduciendo que poseía poderes que provenían del demonio y por ello había sido seducido por la joven.

Nótese el sesgo sexual que tienen los pormenores de la novela, a Quasimodo le está vedado desear a una mujer por ser deforme, y a Esmeralda se le prohibe amar a Febo, por ser gitana: esto es lo que marca Foucault cuando dice que "frente a la anatomía política del cuerpo, tenemos una fisiología moral de la carne", y "Del cuerpo, de esa materialidad corporal a que la teología y la práctica penitencial de la Edad Media referían simplemente el origen del pecado, comienza a separarse el dominio a la vez complejo y fluctuante de la carne, un dominio al mismo tiempo de ejercicio del poder y de objetivación. Se trata de un cuerpo atravesado por toda una serie de mecanismos llamados ‘atracciones’, ‘titilaciones’, etc.; un cuerpo que es la sede de las intensidades múltiples de placer y delectación; un cuerpo que está animado, sostenido y, eventualmente, contenido por una voluntad que consciente o no consciente, que se complace o se niega a complacerse. En síntesis: un cuerpo sensible y complejo de la concupiscencia. Eso, creo, es el correlativo de esta nueva técnica del poder "14.

"La discriminación inferioriza a los individuos o los grupos pero se compagina con las relaciones sociales y políticas, con lo que adquiere existencia dentro del sistema; la segregación en su versión más extrema produce exterminio o expulsión " 15.

Decíamos que Jean Valjean, en Los Miserables, había sido condenado a cinco años de prisión por haber robado un pan porque tenía hambre él y su hermana, y sus sobrinos. Sin nombre, de ahí en adelante fue el número 24.601. Después de 4 años intentó evadirse, fue apresado y le recargaron 3 años, y así sucesivamente hasta salir en 1815 de la cárcel, donde había ingresado en 1796. O sea que estuvo preso 19 años por haber robado un pan y haber roto un vidrio. "Jean Valjean había entrado en el presidio sollozando y temblando; salió de él impasible. Había entrado desesperado, salió de él sombrío"16.

Otro de los personajes centrales de Los Miserables es Fantine, quien había amado a un hombre del que tenía una hija llamada Cosette, la que estaba al cuidado de una pareja que esquilmaba a Fantine y maltrataba a la niña. Trabajando en la fábrica del señor Madeleine, nuevo nombre adquirido por Valjean después de salir de la prisión, la despiden (con desconocimiento de Madeleine), porque sospechan que es una mujerzuela, dado que descubren (gracias a la encargada de la fábrica) que tiene una hija, y porque hay hombres que la frecuentan, y en realidad todo su pecado es enviar dinero para que su pequeña no tenga frío. Fantine aprendió cómo se priva uno completamente del fuego en el invierno, como se ahorra una vela cenando a la luz de la ventana de enfrente,..., le avergonzaba salir a la calle porque sentía que la señalaban con el dedo.

Llegó a vender sus cabellos para enviar dinero para vestir a su niña, y a vender sus dientes incisivos para comprar remedios para su hija.

"¿Qué es esta historia de Fantine? Es la sociedad comprando una esclava. ¿A quién? A la Miseria....al hambre, al frío, al aislamiento, al abandono, a la desnudez. ¡Pacto doloroso! Un alma por un pedazo de pan. La miseria ofrece, la sociedad acepta" 17.

Maltratada, la miserable mujer muere y su cuerpo es depositado en un rincón gratuito destinado a los pobres. Un lugar que es de todos y no es de nadie. Lugar donde tiran a los que no tienen para comprar una parcela o para alquilar una tumba, y posteriormente los huesos son tirados al osario común, donde no hay lápidas con nombres, ni flores, ni lágrimas.

Esto me hacía acordar lo dicho en una oportunidad por Reynaldo Sietecase: "para morir dignamente, se debe vivir dignamente".

Me parece no exagerar si digo que Fantine fue casi una desaparecida, no por causas políticas sino por causas sociales y en ella todos aquellos pobres que son sepultados en las fosas comunes, los huesos de ese osario con el tiempo desaparecen y no hay tumba identificada donde puedan ir a llorar los deudos, indispensable para la elaboración del duelo.

"La vida, la desgracia, el aislamiento, al abandono y la pobreza son campos de batalla que tienen sus héroes, héroes oscuros, a veces más grandes que los héroes ilustres" 18 .

A Cosette la hija de Fantine la habían explotado una pareja inescrupulosa, la hacían trabajar duro, la mal vestían y casi no le daban de comer. Cuando Valjean la recoge de ese horrible lugar, ambos comienzan el peregrinar que implica huir de la justicia, más que de la justicia, del poder.

Como dijera Freud en el Malestar en la Cultura: "No es fácil para los seres humanos, evidentemente, renunciar a satisfacer esta inclinación agresiva, no se sienten bien en esa renuncia. No debe menospreciarse la ventaja que brinda un círculo cultura más pequeño: ofrecer un escape a la pulsión en la hostilización a los extraños. Siempre es posible ligar en el amor a una multitud mayor de seres humanos, con tal que otros queden fuera para manifestarles la agresión. En una ocasión me ocupé del fenómeno de que justamente comunidades vecinas y aún muy próximas en todos los aspectos, se hostilizan y escarnecen: así españoles y portugueses, alemanes del norte y del sur, ingleses y escoceses, etc., Le di el nombre de "narcisismo de las pequeñas diferencias" 19.

Por otro lado Lacan en el Seminario 1 cuando habla de las fluctuaciones del la libido dice que existe entre los seres humanos una relación destructora y mortal. Siempre está allí presente, es decir subyace. El mito creado por Darwin the struggle for life, sirvió para justificar muchas cosas, como la ley de la supervivencia del más apto, pero lo que ocurre que le venía muy bien a sus fines: practicar el racismo y con él el exterminio.

En una de las reflexiones de Jean Valjean se preguntó si la sociedad podía tener el derecho de hacer sufrir igualmente a sus miembros en un caso de imprevisión irracional y en otro su previsión despiadada y apoderarse para siempre de un pobre hombre entre un defecto (falta) y un exceso (plus): defectos de trabajo y exceso de castigo. Si no era exorbitante que la sociedad tratara precisamente así a sus miembros peor dotados en el reparto que hace el azar y por consiguiente más dignos de consideración.

En la obra de Lacan la falta está relacionada con el deseo (la falta de ser). Y la falta de tener está relacionada con la demanda. Y al plus lo podemos pensar como un plus de goce del Otro.

Los ejemplos contemporáneos se reflejan en los espejos de los personajes de Víctor Hugo, no es difícil detectar: los presos sin procesos o ladrones de pan, los locos tras los muros infranqueables, las prostitutas y homosexuales, o enfermos de Sida sin posibilidades de inserción laboral, los discapacitados en los campanarios-barreras, los desocupados despedidos de las fábricas, los que viven en la villas o en otras formas de ghetos como los "apestados", nuestros revolucionarios desaparecidos, nuestros niños condenados a morir de hambre.

Toda esta agresividad está fundada en el odio que se manifiesta en medio de todo este malestar que se percibe en estos días, no solamente al odio expresado en el antisemitismo, en el nacionalismo, en la religiones fundamentalistas, en las xenofobias, sino también en el odio a sí mismo, en las melancolías, pasajes al acto suicida, la sobredosis, la no prevención del HIV.

Sigmund Freud en El malestar en la cultura, dice que la inclinación a la agresión no causa bienestar al sujeto y este goce contradictorio activado en el odio produce sin duda una satisfacción nociva que puede llevar a la aniquilación del propio sujeto en esa pasión, indudablemente una pasión mortífera.

A los fenómenos llamados hoy "fenómenos de la segregación", Freud los clasifica bajo el efecto llamado "el narcisismo de las pequeñas diferencias" que consiste en elevar una pequeña diferencia a un grado de diferencia absoluta.

"Freud ha nombrado con la fórmula ‘narcisismo de las pequeñas diferencias’ la lógica del rasgo identificatorio-diferencial que rige esos fenómenos de aversión que se producen entre comunidades vecinas e incluso emparentadas"20.

Vimos cómo estos tres Clásicos de la Literatura reflejan una realidad sociopolítica que se ve reeditada en los acontecimientos de la vida comunitaria de nuestro país y de toda latinoamérica, donde el neoliberalismo y el capitalismo son políticas de exclusión, hundiendo a los pueblos en la marginación y la pobreza, donde todo queda sujeto a las leyes del mercado: desde las necesidades básicas hasta las formas de las prácticas sexuales.

Si el deseo es lo que pude acotar al goce (al Goce del Otro en el sujeto) pongamos nuestro deseo en acto, y trabajemos para lograr una sociedad más justa, donde a todos se nos otorguen las mismas oportunidades, donde la vida sea digna de ser vivida, donde se respeten las diferencias y los valores éticos. Proponiendo, discutiendo, denunciando, resistiendo.

Es muy posible que las preguntas no fueron exhaustivamente respondidas, pero creo que esto nos permitirá continuar reflexionando.

Dejo para el final esto de Freud, en el Malestar en la Cultura: "El heremita vuelve la espalda a este mundo, no quiere saber nada con él. Pero es posible hacer algo más: pretender recrearlo, edificar en su reemplazo otro, donde sus rasgos más insoportables se hayan eliminado y sustituido en el sentido de los deseos propios" 21.

Modificando aquel deseo sin esperanza del epígrafe o quizás como dice Lacan al final de La agresividad en Psicoanálisis, que nuestra tarea cotidiana consistirá en "abrir de nuevo la vía de su sentido en una fraternidad discreta por cuyo resero somos siempre demasiado desiguales" 22.

 

Notas

1 Disertación efectuada los días 16 y 23 de Julio de 2001, en las Jornadas "Del Derecho y del Revés del Texto", coordinado por la Psicoanalista Laura Capella, realizado en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia, de Rosario.

2 BUFANO, Sergio. Introducción de El último día de un condenado de V. Hugo. Ed. Losada S.A., Bs. As. 1998. (Pág. 10/11).

3 BUFANO, S.. Ibíd. (Pág. 10).

4 HUGO, Víctor. El último día de un condenado. Op. Cit. (Págs. 26 y 27).

5 HUGO, V.. Ibíd.. (Pág. 26).

6 HUGO, V.. Nuestra Señora de París. Ed. Bruguera. S.A.. Barcelona. 1978. (Pág. 152/53).

7 HUGO, V.. Ibíd. (Pág. 153).

8 FOUCAULT, Michel. Los anormales.Título Orig.: Les anormaux. Cours au College de France. Ed. Fondo de Cultura Económica de Argentina, S.A.. 2000. (Pág. 61).

9 FOUCAULT, M.. Op. Cit. (Pág. 62).

10 FOUCAULT, M .. Ibíd.

11 FOUCAULT, M.. Op. Cit.. (Pág. 50).

12 FOUCAULT, M. Ibíd. (Pág. 55).

13 FOUCAULT, M. Ibíd..

14 FOUCAULT, M. Op. Cit. (Pág. 186 y 187).

15 FERNANDEZ DE ACEVEDO, Isabel. Igualdad, Segregación, Discriminación, en "Derechos Humanos y Ciencias Sociales". Compilador J. C. Gardella. Ed. Homo Sapiens, 1996. (Pág. 137).

16 HUGO, Víctor. Los Miserables. Ed. "B" S.A. Barcelona. España. 1998. (Pág. 89).

17 HUGO, V.. Op. Cit. (Pág. 175).

18 HUGO, V.. Op. Cit. (Pág. 583).

19 FREUD, Sigmund. El Malestar en la Cultura.(1930 [1929]). O.C. To. XXI. Amorrortu Editores. 1986. (Pág. 111).

20 CEVASCO, R. y ZAFIROPOULOS, M.. Odio y Segregación. Perspectiva psicoanalítica de una oscura pasión. Freudiana Nro.17. Ed. Paidós. 1996. (Pág. 69). También en Revista Acheronta, número 13

21 FREUD, S.. Op. Cit. (Pág. 81).

22 LACAN, Jacques. La agresividad en Psicoanálisis. Escritos. To. 1. Ed. Siglo XXI. 1985. (Pág. 116).

Volver al sumario de Fort-Da 4

Volver a la página principal PsicoMundo - La red psi en internet