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Número 2 - Octubre 2000
Trauma y tiempo en la clínica con niños
Fabiana Jakubowicz

"Cuando digo "Alicia crece" quiero decir que se vuelve mayor de lo que era. Pero por ello también, se vuelve más pequeña de lo que es ahora. Por supuesto no es a la vez más grande y más pequeña. Pero es a la vez que ella lo deviene. Ella es mayor ahora, era más pequeña antes. Pero es a la vez, al mismo tiempo, que se vuelve mayor de lo que era, y que se hace más pequeña de lo que se vuelve. Tal es la simultaneidad de un devenir cuya propiedad es esquivar el presente."1

G. Deleuze

 

Si la clínica con niños plantea un problema, es el de pensar el desarrollo en la estructura. Dos términos difíciles de ser pensados conjuntamente, pero que al oponerlos se traducen en dos formas de dirigir la cura.

Si ponemos el acento en la estructura, como "lo dado" que nos trasciende y nos anticipa, nos topamos con el obstáculo de definir la posición subjetiva del niño como mero efecto de un lugar otorgado en el discurso de quién encarna al Otro para ese sujeto.

Si, en cambio, acentuamos el desarrollo, y el niño en análisis es ese sujeto del que decimos que se está constituyendo, el obstáculo será el de construir un pattern, al modo de la psicogénesis, desde el cual una "normalidad esperable" nos dará la pauta de lo que hay que normalizar.

Si con Lacan pensamos la estructura en tanto estructura en falta, la pregunta que se abre entonces es acerca de la temporalidad que le compete.

En el escrito del "tiempo lógico" la falta se lee como exclusión lógica : "Ante dos negros, uno es blanco"; Queda excluído que ese uno pueda ser también negro, pero a la vez esta exclusión lógica dará su base al movimiento de otras combinatorias posibles.

Cito a Lacan en el texto mencionado: " Se aíslan en el sofisma tres momentos de la evidencia, cuyos valores lógicos se revelarán diferentes y de orden creciente. Exponer su sucesión cronológica es también espacializarlos según un formalismo que tiende a reducir los discursos a una alineación de signos. Mostrar que la instancia del tiempo se presenta bajo un modo diferente en cada uno de estos momentos es preservar su jerarquía revelando en ellos una discontinuidad tonal, escencial para su valor." 2

Se destacan en este párrafo dos conceptos que aparecen diferenciados por estar impresos en letra cursiva, a saber: "tres momentos de la evidencia" y "modo", que, en su articulación dan la clave del tiempo en tanto lógico. Tiempo que se define en modos diferentes para la presentificación de la evidencia de la falta en tanto exclusión lógica.

Es en el seminario 4 donde la falta es trabajada de acuerdo a tres modalides diferentes de inscripción en los tres registros que se distinguen: falta como agujero en lo real en la privación, como daño imaginario en la frustración y como deuda simbólica en la castración.3 Otra vez exclusión lógica primera que genera un movimiento de tres tiempos en uno: cada momento supone la constitución del anterior y del posterior, siendo la castración en tanto modalidad de la falta aquella que anudará a las tres.

Entonces:

Es Freud quien hace del trauma un concepto que tiene el valor de inaugurar el inconciente, y con él, la temporalidad particular de la neurosis.

En el Manuscrito K 4define una tendencia defensiva normal que solo tiene efecto contra los recuerdos, con la salvedad de que estos sean capaces de generar un displacer actual. Ese displacer sería un exceso (que rompe la ley de constancia postulada en " El proyecto") que no queda tramitado por la rememoración, sinó que se vive de nuevo en tiempo presente. Es en un mismo tiempo en el que la escena vivida se vuelve recuerdo reprimido inconciente y que, a la vez, deviene traumática.

Recordemos que es cuando el trauma pierde su atributo de vivencia efectiva para Freud que adquiere carácter estructural por la via de la fantasía inconciente. Es a partir de una trama fantasmática, que el trauma se constituye retroactivamente. Hallamos un ejemplo de esto en el caso del Hombre de los lobos 5, donde Freud sitúa en el lugar de un trauma exterior, a un sueño: Diferencia así al trauma de la escena que se plantea como realmente vivida por el sujeto en la cual presencia el coito parental. Escena que se resignificará retroactivamente a partir del sueño, pero para ello será necesario la intervención de la castración como peligro. Así trauma y castración se anudan en un mismo tiempo de la represión.

A la represión propiamente dicha constituyente de lo traumático, Freud le supondrá como lógicamente antecesora una "represión primordial". Al respecto dice lo siguiente: "(...) tenemos razones para suponer una represión primordial, una primera fase de la represión que consiste en que a la agencia representante psíquica de la pulsión se le deniega la admisión en lo conciente. Así se establece una fijación (...)" 6

Si analogamos este representante psíquico de la pulsión a su objeto perdido, podemos concluir que aquello que se incribe con la represión primordial, al modo de la fijación, es una falta.

Tomaré una secuencia clínica que me interroga acerca de los diferentes tiempos lógicos en relación a los modos de inscripción que trabajé anteriormente.

Juan entra y sale del consultorio y llora pidiendo ver a su mamá.

Me pide que deje la puerta abierta.

Este entrar y salir, comienza a significarse como un "voy a espiar".

Le propongo entonces: " juguemos a espiarnos."

Juan se esconde detrás del escritorio y yo del otro lado, el juego consiste en asomar la cabeza para encontrar al otro.

El que busca, tiene que llegar a 10 puntos (10 veces en las que coincide con la mirada del otro, que tiene que aparecer y desaparecer por debajo del escritorio)

Este juego se repite varias sesiones, hasta que propone uno nuevo.

Trae unos pequeños muñecos con los que jugamos al fútbol.

Él es de Boca, como su papá, y yo de River. Me aclara que "los de River son mujercitas".

Jugamos un largo campeonato, en el cuál él contabiliza los puntos, concluyendo siempre el primer puesto para Boca.

Dibuja con tiza la cancha.

Borra lo dibujado y me dice: "para que no sepan que soy el culpable". Luego agrega: "En mi familia somos todos una familia de prolijos"

Vemos entonces que en el primer tiempo se instala un juego que permite contar los puntajes y así engendrar una asimetría. Cada encuentro contingente que se produce es inscripto en su interior, al mismo tiempo que el desencuentro implicado como telón de fondo.

En un segundo tiempo esta asimetría será nombrada como un juego que se juega entre hombres y mujeres. Juego que determina ganadores y perdedores situándose él, en tanto hombre, como ganador.

Asimetría entre el hombre y la mujer, donde lo que se inscribe es lo imposible de la relación sexual.

En un tercer tiempo, no sólo se tratará de aquello que se inscribe, sino también de su posibilidad de ser borrado.

Cuando Juan borra las huellas y dice que pertenece a una "familia de prolijos" alude a una forma particular de borramiento de una marca: la marca de una falta. Lo cual nos instala en la paradoja de que sea justamente "una forma de borrar" la que a su vez lo indique como perteneciente a una familia determinada.

Paradoja que es trabajada por Lacan como aquella que define el estatuto radical del significante: cuya particularidad no es la de escribirse, sino la de poder ser borrado.7

Borrado como un dedo lo hace deslizándose sobre la materialidad de unos trazos de tiza.

Elegí esta viñeta clínica porque me parece que permite transmitir algo de lo que, yo creo, es la singularidad de la experiencia freudiana en la clínica con niños .

Experiencia que permite la recuperación de lo olvidado, en el marco de la inscripción de lo perdido.

En la clínica con niños asistimos a un tiempo de recorrido del desarrollo en la estructura. Esto nos sitúa en la difícil tarea de trabajar con una temporalidad tal en la que estando dada la falta, a su vez tenga que venir a producirse como inconciente en la forma del trauma.

Y es en este tiempo en el que propongo pensar la posibilidad del análisis de lo infantil en la infancia.

Para concluir retomo y completo la última frase de la cita con la cuál comencé este trabajo.

" (...) Tal es la simultaneidad de un devenir cuya propiedad es esquivar el presente. En la medida en que esquiva el presente, el devenir no soporta la separación ni la distinción entre el antes y el después, entre pasado y futuro. Pertenece a la escencia del devenir tirar de los dos sentidos a la vez: Alicia no crece sin empequeñecer y a la inversa. El buen sentido es la afirmación de que, en todas las cosas, hay un sentido determinable: pero la paradoja es la afirmación de los dos sentidos a la vez." 1

Notas

1 Deleuze: "Lógica del sentido", Paidos.

2 Lacan: "El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada. Un nuevo sofisma", Escritos I, Siglo XXI.

3 Lacan: El seminario, libro IV, "La relación de objeto", Paidos.

4 Freud: "Manuscrito K", O.C. TI, Amorrortu.

5 Freud: "De la historia de una neurosis infantil", O.C. T XVII, Amorrortu.

6 Freud: "La represión", O.C. T XIV, Amorrortu.

7 Lacan: El seminario, libro VI, " El deseo y su interpretación", inédito.

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